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—¿Y esto?— Rió el menor aún con su vista en la tarjeta.

—Hasta le hice presentación, ¿Viste qué producido?— Sonrió Heeseung mientras miraba el rostro de Jake.

—¿A qué te refieres con todo?— Esta vez alzó la mirada, observando como el mayor lo miraba con atención.

—Lo que sea. Tus deseos serán órdenes.— Asintió con su cabeza y jugó con la bombilla de su bebida. —Que te compre algo, que te lleve a algún lugar, que te ayude con algo…

Jake se puso nervioso.

Tenía tantas ideas en la cabeza, las cuales algunas eran indebidas y sabía que eso no estaba permitido. Así que pensaría inocentemente en qué gastar esos 22 deseos que su lindo mayor le estaba ofreciendo.

—¿Que piensas tanto?— Volvió a hablar luego de algunos minutos. —¿Acaso no te gustó mi regalo? Pensé que era innovador…

—¡Claro que lo es! Me gustó, solo estoy pensando en que desear.— Se apresuró en decir.

—No tienes por qué gastar tus deseos solo hoy. Tienes la semana para hacerlo, después de eso, tu regalo se acabará.— Dijo y a los segundos observó como el mesero les traía su comida, por lo que sonrió con ganas de deleitarse con los platos que había pedido.

—Está bien.

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—Deberías haber deseado que pagara la cuenta.— Le dijo Heeseung al salir del establecimiento, encontrándose con la fría noche que los obligó a aferrarse a sus chaquetas.

—No, no gastaré uno de mis deseos en eso.— Contestó Jake sonriendo y caminando hacia el auto de Heeseung ya que se había ofrecido llevarlo a su hogar. —¿Te quedas en mi casa?

—No estoy seguro… Tengo que organizar unas cosas en la oficina.

—Recién es viernes, Heeseung.— Hizo un puchero inconscientemente para después recordar su regalo. —¡Ah! Deseo que te quedes conmigo hoy.

Heeseung se quedó en silencio por unos segundos y rió bajito.

—Te quedan 21.— Le dijo al subir al asiento de conductor y esperar a que Jake se subiera al de copiloto. —¿Serán así de fáciles todos tus deseos?

—¿Quieres que sean difíciles?— Le sonrió de lado y después prendió la radio.

—No tengo problema alguno.

Ambos rieron bajito y hablaron durante el camino. A pesar de ni siquiera tener un año de amistad, se sentían muy cómodos el uno al otro.

Quien diría que un día el bonito Heeseung iría a comprar café en donde Jake trabajaba, y a los próximos días, Jake se encontraría con el mayor mientras iba caminando por la acera. Observando como a las afueras de un gran edificio, Heeseung hablaba con unas personas y vestía un elegante traje negro mientras su cabello rubio caía por sus hombros.

Desde ese momento Jake cayó, teniendo una necesidad que no lo dejó dormir aquella noche. Deseaba hablar con ese chico, deseaba admirar sus facciones desde cerca y si el destino lo queria, tener una relación más íntima con él.

Lo cual no sucedió, y solo se hicieron amigos cercanos.

—¿Quieres que vaya a comprar algo para beber a la esquina?— Le preguntó Lee al bajarse del auto fuera del departamento de Jake.

—No, ayer compré algunas cosas.— Le contestó y el mayor asintió, por lo que ambos subieron al ascensor.

Entraron y se instalaron en la sala de estar, sentados uno al lado del otro y con sus miradas en el televisor. En dos copas de vidrio, sirvieron de un fino alcohol que Jake había comprado para sí mismo como regalo de cumpleaños.

—¿Y si deseas que te compre una película y la vemos?— Sugirió Heeseung.

Jake se quedó en silencio observando el rostro del mayor, el cual ante él, se veía más atractivo que nunca. Se había arreglado un poco  elegante para hoy, para Jake, ya que sabía que al menor le gustaba aquel estilo de ropa.

Heeseung no era tonto, sabía que el menor a veces miraba sus labios con deseo e incluso trataba de controlar su nerviosismo ante él. Pero a Lee le gustaba jugar, se hacía el difícil y desinteresado para que llegara el día en que Jake no se aguantara más las ganas y lo reclamara.

—¿Qué quieres hacer, Jakey?— Volvió a preguntar el mayor, pasando su lengua por sus labios.

—No tengo ninguna película en mente.— Dijo nervioso al desviar su mirada hacia la televisión, la cual estaba en el menú principal. Observó hacia la mesa y vió que no había servido ninguna de las cosas que había comprado para comer, por lo que se levantó y las sirvió en un plato para así al volver a sentarse apegarse a Heeseung.

Miró hacia al lado, notando la corta distancia en que sus rostros estaban.

—Deseo…— Jake susurró mientras miraba los apetitosos labios del contrario, y su corazón palpitaba fuertemente dentro de su pecho.

—¿Que deseas?— Acortó mucho más la distancia, haciendo que sus respiraciones se pudieran mezclar.

Era un cobarde, se dijo a sí mismo al apartarse del mayor y bajar la mirada debido al nerviosismo.

¿Sería mucho si le pedía a Heeseung que lo besara? Él había dicho que cumpliría todos sus deseos, ¿no es así? Pero le daba mucha vergüenza que esas palabras salieran de su boca. ¿Y si se negaba?

—Deseo que me compres la película de Spiderman.— Dijo al conseguir que el latido de su corazón se pudiera calmar.

Escuchó la pequeña risa de Heeseung, el cual se dispuso a buscar la película en la televisión y comprarla.

—Te quedan 20.— Presionó la opción de comprar al adjuntar los datos de su tarjeta.

Sinceramente Jake pensaba que no se iba a poder concentrar en la película, pero la trama era tan buena que no se distrajo en ningún momento. Solo cuando Heeseung reía y se giraba para observar su linda sonrisa.

La película acabó bastante tarde, por lo que Jake ya estaba sobando sus ojos debido a que el sueño se apoderaba de él.

—¿Ya tienes sueño?— Le preguntó Heeseung, bebiendo la última gota de su copa de vidrio.

—Sí, ¿tú no?— Observó como el mayor negaba ligeramente con su cabeza. —¿Entonces qué harás?

—Nada, iré a dormir igualmente.— Se levantó del sofá y miró a Jake desde arriba. —¿Deseas algo antes más antes de terminar el día?

Que duermas conmigo, pensó Jake.

—No, nada más.— Le sonrió pequeño y Heeseung asintió, apretando sus labios como si hubiera esperado algo más.

Ambos se dirigieron a sus habitaciones, Heeseung a la de huéspedes y Jake a la suya. Apagaron todas las luces del hogar y se sumergieron en las frías sábanas de ambas camas, deseando la compañía del otro.

Pasó casi media hora, en donde Heeseung ya había caído en los brazos de morfeo mientras que Jake se comía la cabeza intentando descifrar como pedirle al mayor los deseos que tanto anhelaba. Iría de a poco, empezaría de lo menos a más si es que Heeseung aceptaba su primera petición.

22 wishes ➳ heejakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora