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20/9/24

La ventana abierta permitía que un poco de gentil aire y luz ilumine levemente la habitación. Lou ya estaba despierto, con la mirada fija en el techo. Una sonrisa de felicidad se le dibuja en la comisura de sus labios, con el corazón ligero pero muy lleno de todo lo bonito que él jamás creyó que tendría.

A su lado, Surge todavía duerme, no se había levantado y no parecía que se iba a levantar pronto puesto que se durmió tarde, pero Lou estaba más acostumbrado a una rutina mañanera. La habitación está en silencio, excepto por el sonido suave y constante de la respiración de ambos.

Los acontecimientos de los últimos días se han desarrollado tan rápidamente que Lou todavía está algo desconcertado. Pero se toma el momento de pensar fuera de lo que no puede responder, y es que él sabe algo, a pesar de la confusión, su corazón se siente bien y ciertamente no podría preocuparse en pensar en nada más que eso.

Lou se gira en silencio, cambiando ligeramente de posición para ver mejor la cara de su novio. Lou observa cómo Surge se remueve lentamente, con los párpados abiertos, se despertó y Lou le estaba mirando como loquillo a los ojos, vaya escena vergonzosa.

Adaptándose a la tenue luz. Su mirada se cruza con la de Lou, Surge todavía anda un poco confuso por el sueño, pero lleno de una calidez y una preocupación inmediata al ver a Lou despierto. Lou corta tensión rápidamente sentándose en la cama, con la respiración entrecortada, pero riéndose un poco.

Se pasa una mano por el pelo, intentando ordenar sus pensamientos. La habitación está en silencio, Surge se agita a su lado y se apoya en un codo para mirar a Lou, a punto de saludarle, o preguntarle algo.

Lou no espera a que le dirija la palabra y sacude la cabeza, con una pequeña sonrisa en la comisura de los labios. «Tengo que ducharme», dice en voz baja, con un tono de cansancio en la voz a pesar de estar perfectamente despierto desde hace un rato.

«Ayer me esforcé mucho, y todavía debo trabajar después», añade, levantando una mano para frotarse el cuello, que le duele un poquito, quizá durmió mal, pero Surge no puede evitar soltar una suave risita en respuesta, sus ojos brillan con divertida apreciación. «Sí, definitivamente te esforzarte muuuuucho ayer», bromea con voz tontita, obviamente sarcástica.

Lou suelta una suave carcajada, se levanta de la cama y se estira perezosamente mientras se frota los ojos. Aunque está más cansado a diferencia en cuando se despertó, sus movimientos son rápidos, casi apurados. Lou se dirige al cuarto de baño, con el suave sonido de sus pasos silenciados contra el suelo de madera.

Lou abre la puerta del cuarto de baño de un empujón, el aire es fresco y tranquilo. La habitación es pequeña pero práctica, impregnada del tenue aroma del jabón de baño que siempre está presente. La única fuente de luz es una bombilla tenue sobre el techo.

Lou se mira en el espejo, observando su reflejo: su pelo, habitualmente ordenado, está despeinado. Lou se quita la ropa y la deja caer descuidadamente en el suelo. La tela se arruga inmediatamente por el descuido. Cruza hasta la ducha y la abre; el agua sale del grifo con un calor inmediato, mucho quizá, si no la enfriaba un poco seguramente se quemaría.

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Surge está tumbado en la cama, había revisado un rato su teléfono, escuchando el sonido sordo y rítmico de la ducha en la habitación de al lado. Recorre el cuarto con la mirada, después de aburrirse de no encontrar nada fuera de lo usual en sus redes sociales, fijándose en los pequeños detalles: ¿libros? aburrido, luego, una botella de agua medio vacía en la mesilla de noche, la ventana ligeramente abierta para dejar entrar el aire fresco durante las noches que ya empezaban a volverse tibias.

Heart on IceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora