Celos (AppleRadio) parte 2

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Su mano ahora se encontraba con bastante tinta y para colmo era la pluma roja, muchas miradas se posaron en él y entonces se dió cuenta que había dejado salir sus fermonas, muy mínimamente pero ahí estaban. Se dió la vuelta mientras Nifty le cobraba al siguiente cliente, ella le dió una mirada cómplice como si supiera porque se encontraba de mal humor.

Estiró su mano hacía el fregadero y tomó jabón, una presencia más estaba ahí.

–¿Te cortaste?  ¿Que fue lo que pasó?_ preguntó el alfa, parecía preocupado pero Alastor no le contesto hasta que se hubo lavado muy bien las manos.

–Solo rompí la pluma en mi mano, un descuido para nada grave_ dijo, pasó a su lado y sintió que algo en él no estaba bien. Siempre le habían parecido que los celos eran tontos y ahora estaba pagando las consecuencias de burlarse de la gente al ser portador de ese sentimiento desagradable y lo peor es que no eran nada más que jefe y empleado, ni siquiera llegaban al rango de amigos. La sonrisa con la que regreso a su puesto era tensa y eso los que frecuentaban el lugar lo notaban pero no se atrevían a preguntar la razón.

Lucifer cuando lo vió pasar a su lado quiso ver si era verdad que solo era tinta tomando su mano pero luego la retrajo, Alastor odiaba el contacto físico si el no lo iniciaba, solo pudo sonreír como siempre y seguir entregando los pedidos en las mesas. Se topó con Rosie, su estilo era inconfundible por sus vestidos hermosos.

–Hola Lucifer, veo que ahora estás por aquí_ comento ella dando una risita y señalando el gorro de pato.

–Me hacía falta venir_ respondió_ espero que me des un buen resumen de lo que ha pasado antes de esta semana.

–Claro_ dijo ella, por suerte Nifty era rápida entregando los pedidos y limpiando las mesas.

Alastor de vez en cuando podía verlos reírse entre ellos pero con Rosie no sentía esa sensación pesada, no sabía si era porque ella le había dicho que su esposo falleció y que no volvería a casarse o tener otra relación o porque simplemente no creía que Lucifer Podría verla como algo más que una amiga.

–Parece que alguien te ha estado mirando mucho_ comento ella, su amigo si que era un poco obvio_ ¿Pasó algo entre ustedes? Nunca lo había visto con esa expresión tan confusa.

–A tí no se te escapa nada ¿Eh?_ soltó un suspiro, el mismo podía sentir su mirada y hasta su aroma junto a él aunque no se había movido de ese puesto_ ¿Recuerdas a Vox?_ la mujer asintió_ Pues hace una semana vino, estaba acosando a Alastor no se qué hubiera pasado si no llegaba a tiempo estuvo a casi nada de tomarlo del cuello y llevárselo, se ve que es fuerte pero ese idiota tenía prácticamente una escolta fuera esperándolo no hubiera podido oponer resistencia... No sé si fue el shock o las fermonas que ambos emanamos pero entró en celo y tuve que llevarlo a su casa, prácticamente lo ordené porque quería irse solo.

–Que raro, Al no permite sepan donde vive o que lo ayuden así, es muy orgulloso_ sonrió y le dió un sorbo a su té_ Supongo que allá sucedió algo más.

–Bueno pues no se sí divagaba o no pero dijo que yo olía bien y luego al pie de su puerta me pidió un abrazo_ se rascó la mejilla_ Sé que me estoy comportando como un adolescente pero fue cálido aunque cortó, quería quedarme ahí y procurar que estuviera bien, que no nos hubieran seguido pero tuve que regresar... Y cuándo llegó hoy lo noté de alguna forma diferente, no podía verme a los ojos al principio y luego están esas miradas. Quiero conocerlo más pero no quiero que se sienta incómodo.

Rosie dejó su taza casi vacía en la mesa, le daba cierta gracia que un hombre que estuvo casado no supiera de eso, del romance, del amor o el coqueteó entre alfa y Omega internos_ Solo puedo decir que como ya notaste Alastor es un poco especial con respecto a su espacio y que no creo que se sienta incómodo, más bien también quiere hablar contigo pero no quiere parecer tonto por querer acaparar tu atención. Sé atento con sus expresiones al estar junto a mujeres Omega en específico, digamos Carmilla, está esperando a alguien ¿Verdad?_ Lucifer asintió.

Entre fermonas y hormonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora