Oculto A Simple Vista - Parte VII

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Uno de los guerreros, Zander, se presenta ante todos con una gran sonrisa en su rostro y un gran carácter, algo típico de él.

- ¡VAYA, ES UN GUSTO CONOCERLOS A TODOS! – gritó con entusiasmo. Sin querer asustó a todos con su grito tan repentino. - ¡Si no me conocen déjenme presentarme! ¡Me llamo Zander, soy uno de los guerreros que tiene este reino! El mejor de todos si me lo preguntan – ríe orgullosamente – ¡Créanme, la van a pasar de maravilla! – ríe – Sería muy descortés no ofrecerles algo a cambio por haber llegado a este lugar. ¡Algunos incluso llegaron de lejos! – se acerca a la multitud - ¡Por favor, pasen! ¡Les tenemos una gran sorpresa! Por cierto, perdón por dejarlos esperando.

Ya dicho eso Zander les da pequeños empujones seguidos de palmaditas a las personas para que entren al palacio.

- ¡Hey! No me empujes. – le regaña Owynn.

Zander y Kalea sueltan risillas debido a la reacción de Owynn.

Aiden fue el último en entrar y justo antes de que Zander le diera el empujón Aiden lo observa con una mirada repleta de odio y asco.

- Aparta tus repulsivas manos de mi cuerpo, escoria miserable.

- E-Esta bien... - Zander ríe vergonzosamente y alza sus manos a la altura de los hombros, dejando que Aiden pase sin problemas y a su propio ritmo. – Que soez...

En el interior del palacio el capitán Avel los recibe cordialmente.

- Para los que no me conozcan, mi nombre es Avel. Soy uno de los capitanes y espero que nos perdonen por la espera. – sonríe tímidamente – También pido disculpas por el comportamiento del guerrero Zander. Es muy energético. – hace una pausa – Oh, por favor, síganme. – El Capitán Avel guía a todos por los largos pasillos del palacio. – Seguramente deben tener hambre. Son libres de escoger lo que deseen en el comedor.

El interior del palacio es brillante y lleno de vida. El largo pasillo blanco estaba decorado por flores y hojas que provenían de unas masetas en las pilastras hasta el techo, también guindaban candelabros decorados de igual forma. Todos observaban asombrados a su alrededor mientras seguían al Capitán Avel y, por otra parte, Aiden no sentía más que nauseas por la decoración.

- ¡Es muy bonito! – le dijo Kalea a Owynn.

- Tienes razón, lo es. – una sonrisa se forma en su rostro al ver a Kalea.

- Ugh... - se dijo Aiden a sí mismo ya que, para su suerte, debía escuchar a esos dos charlando a su lado lo que le resultaba irritante.

Una vez que todos llegaron al comedor notan lo inmenso que era y el techo que estaba cubierto en su totalidad por rosas blancas y las paredes las contenían en diferentes formas para llamar más la atención mientras que en el medio de toda la sala se encontraba una gran mesa rectangular decorada sofísticamente y en cada esquina habían mesas cuadradas para un máximo de 4 personas cada una. También había un buen manejo de la luz pues no era tan brillante pero tampoco tan oscuro.

- Por favor, siéntense donde gusten. – el Capitán Avel le sonríe a todos y les da el permiso de dispersarse.

La mayoría, aún cautivados por las decoraciones, buscan asientos. En efecto, la mesa del medio fue la que mayor se ocupó mientras que solo se ocuparon dos de las mesas en las esquinas.

En una mesa se sentaron Alastair y Zander mientras que en la otra Aiden se encontraba solitario. Las mesas contenían sus respectivos platos con servilletas en forma de triángulos y sus respectivos cubiertos dándole un toque extravagante.

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