Oculto A Simple Vista

Oculto A Simple Vista - Parte V

Kalea despierta en su hogar confundida. ¿Acaso fue todo un sueño... o algo más que un sueño? Kalea nota que el bolso aún se encuentra en la mesa acompañado de las provisiones. Kalea, aún confundida, vuelve a empacar todo y se asegura no estar durmiendo al pellizcarse una vez para ir al establo.

Una vez allí Kalea saluda a Sirius y este parece muy contento al verla llegar.

- ¿Amaneciste de muy buen humor, eh? Me alegro de que estés bien, Sirius. – Le ofrece una manzana que tenía en su bolso y este accede felizmente a comer la manzana. – Aunque siento un poco de miedo con volver a aquel lugar tengo que hacerlo para disculparme con Rune. No quiero que haya un malentendido y se forme algún odio entre los humanos y los elfos.

Sirius deja que Kalea se monte y de esta manera los dos se marchan hacía aquel extraño e infrecuente lugar.

Mientras avanzaban entre los árboles, Kalea le cuenta a Sirius acerca de aquel sueño extraño que tuvo en su hogar para hacer que el viaje no fuera tan monótono.

Una vez al llegar a ese lugar extraño en lo desconocido del bosque, Kalea se baja de su caballo -Siento que sería una molestia si me acompañaras y Rune estuviera de mal humor. – sonríe – Pero puedes acompañarme en lo que queda de viajecito, ¿te parece? Así no te sentirás solo ni estarías demasiado lejos. ¿Qué dices, Sirius? ¿Me acompañas o no? – suelta una risilla.

Sirius se acerca a Kalea y esta sonríe. Ambos comienzan a adentrarse cada vez más en aquel lugar hasta que se llega a percibir a distancia el lago. Sirius permanece a esa distancia mientras que Kalea sigue avanzando. Una vez cerca del lago Kalea busca a Rune, mas no logra localizarlo.

- Vaya, vaya, vaya... - la voz de Rune provenía de atrás.

Kalea dirige su mirada hacía el origen de aquella voz y, en efecto, Rune se encontraba reclinado en uno de los árboles estando de brazos cruzados y con una expresión fría.

- Eres tú... - afirma con voz fastidiosa.

- Rune... - la pobre Kalea buscaba las palabras precisas en su vocabulario. Sin embargo, ninguna de ellas parecían ser las convenientes.

- ¿Vienes a disculparte por los sucesos acontecidos en la noche anterior? – sonríe ligeramente y camina hacia ella.

- Nunca pensé que reaccionarían de tal manera... Realmente lamento lo que pasó. – agacha la cabeza en señal de vergüenza.

- Hm, - Rune, de manera sutil, con su mano alza la mirada de Kalea – No hay de qué preocuparse. El pasado está en el pasado y no hay más opción que seguir adelante. – sonríe – No estoy enfadado. De hecho, el alboroto de anoche me pareció jovial. Aunque me tomaron por sorpresa fue interesante la idealización que tienen los pueblerinos con respecto a La Realeza.

- ¿A qué te refieres?

- Oh, no prestes atención a mis locuciones. – aparta la mirada mostrando timidez.

- ¿Entonces... no estás enojado con ellos? – Kalea se muestra con la esperanza de que ella esté en lo correcto.

- Para nada. – le da unas palmaditas en la cabeza y le muestra una sonrisa cálida.

- No sabes lo mucho que me alegra escuchar tales palabras. – suspira aliviada – Pero...

¿Cómo no puedes estar molesto? Si yo estuviera en tu lugar estaría latoso al respecto. No me parece justa la manera en que te trataron. ¡Te juzgaron sin siquiera conocerte! – hace un puchero.

Rune ríe fuertemente – Dijiste "latoso", parece que sí tienes un vocabulario extendido después de todo – vuelve a reírse – ¿Entonces, si mal no entendí, me estás pidiendo que los odie?