Capitulo 6
Paty respiró hondo antes de tocar la puerta de Javier. Estaba nerviosa, pero sabía que tenía que ser honesta con él. Después de unos segundos, Javier abrió la puerta, con una sonrisa que se desvaneció al ver la expresión seria de Paty.
—¿Qué pasa, Paty? —preguntó Javier, preocupado.
Paty bajó la mirada, jugando con los dedos mientras buscaba las palabras correctas. Finalmente, levantó la cabeza y lo miró a los ojos.
—Javier, hay algo que necesito decirte —comenzó, su voz temblando ligeramente—. Sé que hemos estado pasando tiempo juntos y que parecíamos... cercanos. Pero la verdad es que no siento lo mismo por ti.
Javier frunció el ceño, claramente confundido y herido.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó, su voz apenas un susurro.
Paty tomó una profunda respiración, decidida a ser completamente honesta.
—Lo hice por darle celos a Belén —admitió—. Nunca quise lastimarte, pero me dejé llevar por mis propios sentimientos y no pensé en cómo te afectaría a ti.
Javier se quedó en silencio por un momento, asimilando sus palabras. Finalmente, asintió lentamente, aunque el dolor en sus ojos era evidente.
—Agradezco que seas honesta conmigo —dijo, aunque su voz traicionaba la tristeza que sentía—. Pero duele, Paty. Pensé que había algo real entre nosotros.
Paty sintió un nudo en la garganta y luchó por contener las lágrimas.
—Lo siento mucho, Javier. Nunca quise hacerte daño. Espero que algún día puedas perdonarme.
Javier asintió de nuevo, pero esta vez no dijo nada. Simplemente cerró la puerta suavemente, dejando a Paty sola con su culpa y arrepentimiento.
........Belén se levantó temprano esa mañana, aún con el sabor amargo del beso que había presenciado en el restaurante. Intentó sacarlo de su mente mientras se preparaba para ir a trabajar. Llegó al restaurante antes de que abrieran, buscando refugio en su rutina.
Mientras revisaba los suministros y organizaba algunas cosas en su restaurante, escuchó la puerta abrirse. Miró hacia arriba y vio a Paty entrar, con una expresión de determinación en su rostro. Belén sintió una punzada de nervios, pero decidió enfrentarla.
—Paty, ¿qué haces aquí tan temprano? —preguntó, tratando de mantener su voz firme.
Paty se acercó lentamente, con las manos entrelazadas delante de ella.
—Necesito hablar contigo, Belén. Es importante —dijo, su voz temblando ligeramente.
Belén asintió, indicando una mesa cercana donde podrían sentarse a hablar. Una vez sentadas, Paty tomó una profunda respiración.
—Belén, sé que lo que viste ayer te hizo daño, y quiero pedirte disculpas por eso. Pero hay algo que necesitas saber —comenzó, mirando directamente a los ojos de Belén—. Todo fue una mentira. El beso con Javier, nuestra supuesta relación... todo fue una farsa.
Belén frunció el ceño, claramente sorprendida.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó, tratando de entender.
Paty tomó otra respiración profunda antes de continuar.
—Lo hice para darte celos. Pensé que si te veías obligada a vernos juntos, te darías cuenta de tus sentimientos por mí y harías algo al respecto. Fue una idea estúpida y egoísta, y lamento mucho haberte herido.
Belén se quedó en silencio, asimilando la confesión de Paty. Finalmente, dejó escapar un suspiro y se recostó en su silla.
—Entonces, ¿nunca sentiste nada por Javier? —preguntó, todavía procesando la información.
Paty negó con la cabeza.
—No, nunca. Lo usé y eso estuvo mal. Estoy aquí para pedirte perdón y para decirte que realmente espero que puedas entenderme. Te quiero, Belén. Siempre te he querido.
Belén sintió un nudo en la garganta, pero también una pequeña chispa de esperanza.
—Gracias por ser honesta conmigo, Paty —dijo, finalmente—. Aprecio que hayas tenido el valor de decirme la verdad. Necesito tiempo para procesar todo esto, pero quizás algún día pueda perdonarte.
Paty asintió, sabiendo que no podía pedir más en ese momento.
—Lo entiendo. Solo quiero que sepas que lo siento de verdad y que te sigo queriendo —dijo antes de levantarse para irse.
Belén la observó salir del restaurante, sintiendo una mezcla de emociones. Sabía que tenía mucho en qué pensar, pero por primera vez en días, sintió que tal vez, solo tal vez, las cosas podrían mejorar.