Capítulo 2:
Las semanas después del programa fueron un torbellino de emociones para Paty. Cada vez que visitaba "El Jardín de Belén", su corazón se aceleraba. La relación con Belén crecía en secreto, y ambas disfrutaban de esos momentos robados en la cocina, donde podían ser ellas mismas lejos de las miradas curiosas de los clientes.
Una noche, mientras el restaurante estaba lleno, Belén se las arregló para encontrar un momento a solas con Paty en la despensa.
—Tengo algo para ti —dijo Belén, sacando un pequeño frasco de mermelada casera—. Es una receta de mi abuela, quería compartirla contigo.
Paty tomó el frasco, sintiendo una calidez en su pecho.
—Gracias, Belén. Siempre sabes cómo hacerme sentir especial.
Se miraron a los ojos, y por un momento, el bullicio del restaurante desapareció. Antes de que alguien pudiera sorprenderlas, se separaron, sonriendo cómplicemente.
El barrio donde se encontraba "El Jardín de Belén" celebraba una fiesta anual en la plaza central. Belén y Paty decidieron participar juntas, ofreciendo una demostración de cocina en vivo. La emoción de trabajar codo a codo en un evento público hizo que sus corazones latieran más fuerte.
Mientras preparaban una paella gigante, sus manos se rozaban accidentalmente, y cada contacto enviaba una chispa de electricidad entre ellas.
—Nunca imaginé que cocinar en público sería tan divertido —dijo Paty, riendo.
—Es porque estamos juntas —respondió Belén, sonriendo—. Hacemos un gran equipo.
Después de la demostración, se quedaron a disfrutar de la fiesta. Bailaron bajo las luces festivas y compartieron risas con los vecinos. Esa noche, Belén llevó a Paty a un rincón tranquilo de la plaza y le susurró al oído:
—No quiero que esto termine. Quiero que estés conmigo, siempre.
Paty, con lágrimas de felicidad en los ojos, asintió.
—Yo también, Belén. Yo también.
Con el tiempo, su relación secreta se volvió cada vez más difícil de ocultar. Algunos empleados del restaurante comenzaron a notar las miradas y sonrisas cómplices entre Belén y Paty. Finalmente, Belén decidió que era momento de ser honesta con su equipo.
—Tengo algo importante que decirles —anunció Belén una tarde, reuniendo a todos en la cocina—. Paty y yo estamos juntas. Sé que puede ser una sorpresa, pero quería que lo supieran de mí.
Hubo un momento de silencio, seguido por sonrisas y aplausos.
—Nos alegramos por ti, Belén —dijo uno de los cocineros—. Siempre hemos visto lo felices que se hacen mutuamente.
Paty, emocionada por el apoyo, se acercó a Belén y la abrazó. El secreto finalmente había salido a la luz, y se sentían más libres que nunca.
Sin embargo, Belén y Paty sabían que su relación debía mantenerse en secreto para el público. Pero un día, mientras compartían un momento íntimo en la cocina del restaurante, uno de los trabajadores, sin querer, les tomó una foto y la subió a las redes sociales.
Al día siguiente, las redes estaban en llamas. Comentarios y especulaciones sobre su relación se extendieron como un reguero de pólvora. Algunos eran de apoyo, pero otros no tanto.
—Belén, ¿has visto esto? —preguntó Paty, mostrando su teléfono con un rostro preocupado.
Belén sintió una mezcla de rabia y tristeza al ver la foto que había comenzado todo el revuelo. Sabía que su vida privada estaba a punto de ser invadida por completo.
La reacción del público no tardó en afectar la vida diaria de Paty y Belén. El restaurante estaba lleno de curiosos que venían más por el chisme que por la comida. Paty empezó a recibir mensajes desagradables en sus redes sociales, y su trabajo como actriz y cantante se vio afectado.
Una noche, después de un día especialmente agotador, Paty se derrumbó en la cocina.
—No sé si puedo seguir así, Belén. Todo esto está arruinando nuestras vidas.
Belén se acercó y la abrazó con fuerza.
—Lo sé, Paty. Pero vamos a superar esto juntas. No dejaré que nada nos separe.
Pero los problemas no terminaban allí. El dueño del local donde Belén alquilaba el espacio para el restaurante comenzó a presionarla para que resolviera la situación. La imagen del restaurante estaba en juego.
—Si esto sigue así, podríamos perder "El Jardín de Belén" —dijo Belén con preocupación.
Paty sintió un nudo en el estómago. No podía permitir que su amor arruinara el sueño de Belén.