*segunda parte*

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—Eso fue… inesperado —comentó Javier, girándose hacia Paty con una ceja levantada.

—Lo sé, lo siento —dijo Paty, bajando la mirada—. Es solo que…

—No tienes que disculparte —la interrumpió Javier, tomando su mano—. Entiendo. Y no me importó en absoluto.

Paty sonrió tímidamente, sintiendo que la tensión en su pecho disminuía un poco. La noche continuó, Paty decidió no dejar que eso arruinara la velada. Ella y Javier continuaron disfrutando de su cena, aunque en el fondo de su mente, sabía que ese beso no sería olvidado fácilmente por ninguna de las dos.

Después del encuentro en el restaurante, Belén se encontraba en su apartamento, mirando por la ventana con una expresión pensativa. Clara, sentada en el sofá, la observaba con preocupación.

—¿Estás bien, Belén? —preguntó Clara suavemente, rompiendo el silencio incómodo que había caído entre ellas desde que dejaron el restaurante.

Belén suspiró, apartando la mirada de la ventana.

—Sí, estoy bien, Clara. Solo estoy un poco sorprendida, eso es todo —respondió Belén con sinceridad, aunque su voz sonaba más tranquila de lo que realmente se sentía.

Clara asintió comprensivamente.

—Entiendo. Fue un encuentro inesperado.

Belén asintió lentamente.

—Pensé que… No sé qué pensé, realmente —dijo Belén, buscando las palabras adecuadas—. Supongo que… supuse que tal vez aún había algo entre nosotras.

Clara frunció el ceño levemente.

—Belén, Paty está con Javier ahora. Eso debería ser un indicativo claro de dónde están las cosas —dijo Clara con suavidad, queriendo ayudar a su amiga a procesar sus sentimientos.

Belén bajó la mirada, sintiéndose vulnerable y expuesta.

—Lo sé, lo sé —murmuró Belén, su voz apenas un susurro—. Pero verlos juntos, verla besándolo así... me hizo darme cuenta de que quizás solo estaba aferrándome a una ilusión.

Clara se acercó y colocó una mano reconfortante sobre el hombro de Belén.

—No te culpes por eso. Todos hemos estado ahí alguna vez. Pero es importante aceptar la realidad y seguir adelante —dijo Clara con sinceridad.

Belén asintió lentamente, una lágrima solitaria deslizándose por su mejilla.

—Lo sé. Solo necesito tiempo para dejarlo ir, supongo.

Clara la abrazó con suavidad, ofreciéndole consuelo silencioso. Sabía que el camino hacia la aceptación sería difícil para Belén, pero también sabía que su amiga era fuerte

Mientras tanto, en otro rincón de la ciudad, Paty y Javier seguían disfrutando de su noche juntos.

—¿Estás bien, Paty? —preguntó Javier, mirándola con preocupación genuina en los ojos.

Paty sonrió, sintiéndose agradecida por tener a alguien como Javier a su lado.

—Sí, estoy bien. Solo fue un momento inesperado. Pero estoy contenta de estar contigo ahora —dijo Paty sinceramente.

Javier asintió, acariciando suavemente su mano.

—Yo también estoy contento de estar contigo, Paty. Eres increíble.

Paty sonrió ampliamente, sintiéndose amada y apreciada en ese momento.

—Gracias, Javier. Eres increíble tú también.

Los dos se quedaron allí, disfrutando de la compañía del otro y dejando que el presente les recordara que estaban juntos por una razón.
.........

Paty se encontraba en su casa, mirando distraídamente mientras los pensamientos turbulentos se agitaban en su mente. La cena en el restaurante con Javier había sido agradable, pero ahora, en la tranquilidad de su hogar, una tristeza profunda comenzaba a apoderarse de ella.

Se sentía confundida y abrumada por una mezcla de emociones. La imagen de Belén en el restaurante, su mirada de sorpresa y decepción al verme con Javier, seguía rondando en su cabeza. Aunque había actuado movida por el impulso de los celos, ahora se daba cuenta de lo doloroso que podía ser para Belén.

—¿Qué estoy haciendo? —murmuró Paty para sí misma, sintiendo un nudo en la garganta.

Javier la había mirado con cariño y complicidad durante la cena, pero Paty no podía evitar sentirse culpable. Sabía que había sido injusta con Belén al usar a Javier para provocarla, especialmente cuando en realidad sus sentimientos aún estaban confusos.

Mientras tanto, Belén también estaba pasando por una noche difícil. Se sentía confundida y herida por lo que había visto en el restaurante. Había creído que tal vez, solo tal vez, Paty aún tenía sentimientos por ella. Pero ahora sabía que las cosas no eran tan simples.

Clara estaba a su lado, ofreciéndole consuelo y apoyo silencioso mientras Belén intentaba procesar todo lo que había pasado.

—No sé qué hacer, Clara —susurró Belén, con la voz quebrada por la emoción—. Pensé que tal vez... pero estaba equivocada.

Clara la abrazó con ternura, dejándola llorar en silencio mientras procesaba su corazón roto.

—Lo sé, Belén. Pero todo va a estar bien. Vamos a superar esto juntas.

Belén asintió lentamente, agradeciendo tener a Clara a su lado en esos momentos difíciles.

Mientras tanto, Paty tomó una decisión. Sabía que tenía que enfrentar sus sentimientos y las consecuencias de sus acciones. Hablaría con Javier y sería honesta sobre sus sentimientos. Y cuando estuviera lista, hablaría con Belén y le explicaría la verdad.

El camino por delante no sería fácil, pero Paty estaba determinada a hacer las cosas bien esta vez, sin causar más dolor del necesario.

SABORES DEL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora