Laura tiene la regla. Lo sé porque vivo en un pueblo pequeño y en mi trabajo es fácil adivinar la vida de los demás: como que Paquita tiene un hijo celíaco; Isaac tiene una invasión de hormigas en casa; o que la piel de Marina es delicada y hoy comerá tallarines a la boloñesa. De toda la información, la única que me interesa es la de Laura. Hoy tiene la regla y, según mis cálculos, en diez días debe estar subiéndose por las paredes con las hormonas revueltas.
Si no aprovecho esta oportunidad, no la tendré nunca. Ojalá se quite el despecho subiéndose sobre mí y acordándose de lo cabrón que es ese desgraciado. Era fácil saber que, hace más de un mes, Raúl estaba con otra. Él llevaba una semana viniendo antes del cierre a comprar botellas del vino nuevo de Rías Baixas y Laura no toma. Ella no tardó mucho en descubrirlo y lo dejó; lo sé porque vino tres días seguidos con cara de culo a comprar su helado de chocolate favorito.
—Hola, Carlos —me saluda Laura al entrar a la tienda. Era día nueve después de haber comprado las compresas nocturnas super absorbentes con alas. Mis cálculos eran bastante precisos. Laura tenía el rostro iluminado, lo que me indicaba que sus hormonas solo destilaban deseos. Me mira, sonríe, camina hacia el fondo de la tienda y abre la nevera de los helados.
—¿Helado? —me cuestiono con dudas—, pero si ella solo compra helado cuando está sufriendo...
La veo acercarse como en esas películas en las que te ponen a la protagonista en cámara lenta, con el cabello ondeando a un ritmo perfecto y una sonrisa reluciente en el rostro. Extiende su mano y el helado es de caramelo salado, el favorito de Raúl.
Ahí me doy cuenta de que el rostro iluminado no es de un deseo latente, sino de un deseo saciado y que me tocará volver a esperar a que le rompan el corazón, ella venga a comprar su maldito helado de chocolate y sus compresas nocturnas super absorbentes mientras yo, sigo calculando los días en los que Laura se sube por las paredes.
ESTÁS LEYENDO
Mis ojos en Laura
Short StoryCon una precisión casi obsesiva, Carlos sigue los ciclos hormonales de Laura, esperando el momento perfecto para acercarse a ella. Sin embargo, la vida amorosa de Laura es un constante recordatorio de lo lejos que está de él, especialmente cuando su...