Mis ojos en Laura

Parte 6

Mi madre lleva una semana diciéndome que Laura está embarazada, yo no lo creo. Que no haya ido a por sus compresas tiene varias explicaciones, no solo el embarazo; quizás le sobraron del mes pasado o las compró en otro sitio, tampoco es que yo sea su proveedor oficial de compresas nocturnas super absorbentes con alas.

Además, no puede estar embarazada porque si no, ¿por qué dejaría a Raúl? Sí, me quedé de piedra hoy en la mañana cuando escuché a Paquita contárselo a Jacinto en la fila de la caja. Me puse tan nervioso que casi se me caen los aguacates que estaba comprando Marina. La noticia es de hace tres días y no sé por qué me he enterado ahora. En el pueblo el chisme es el deporte por excelencia, así que de todo nos enteramos rápido.

Ahora empiezo a hilar todo y tiene sentido. Que Laura se haya vuelto a acostar con Raúl no significaba que fuera a volver con él; no será la primera ni la última vez que dos semanas después de romper se trae a su ex  una mujer se lo lleve a la cama, como diría mi madre, "para quitarse la picazón". Además, Laura compró condones... eran doce, no puede estar embarazada y qué más da, si lo está me da igual, yo la quiero a ella y que lleve una vida en el vientre no puede cambiar nada.

La última hora de mi turno se me hace eterna. Voy a casa, me baño, me perfumo. Compro flores, girasoles, los favoritos de Laura. Sé que quizás ahora no esté lista para una relación, pero hoy al menos sabrá que me gusta y que me ha gustado siempre; no estoy dispuesto a que esta vez, nadie se me adelante.

Llego a su casa. Respiro profundo antes de tocar a la puerta, siento el corazón con más prisa de la que puedo soportar. Ensayo una sonrisa, me paso la yema de los dedos por el pelo y vuelvo a tocar. "¡Va!", gritan y la vida se me detiene. No sé si esto les asombre, pero detrás de la puerta de Laura escucho a un hombre.