Dos Imperios

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Capítulo 5

Insomnio, eso fue lo que le dio.

Luego de lo que paso en esa calle regreso a su casa con el corazón en la boca. Las cosas parecen estar saliendo de control. Irritado por no poder conciliar el sueño debido al alemán se levantó de la cama caminando al baño. Abrió la llave dejando correr el agua, empapando su rostro con el. Eso le pasa por coquetear con un pandillero.

Levantó su cabeza para mirarse al espejo echándose para atrás chocando contra el estante, tirando todas las cosas al suelo. En aquel enorme espejo se reflejaba otro sitio completamente diferente, era uno de esos baños antiguos y además de eso, donde se suponía que debía de estar su reflejo había un hombre grande con sus mismos colores, tenía el cabello un tanto más largo y en su ojo, había una enorme cicatriz.

Toco su propio rostro y el reflejo obviamente imitaba su acción pero a pesar de estar tocando si párpado no podía sentir aquella cicatriz ¿se habrá quedado dormido y eso era un sueño? Se acercó al espejo con cautela estirando su mano para tocar la superficie de este, al hacerlo su mente pareció sacudirse.

Escucho entonces un golpe en la puerta del baño, pero no era la suya. Era de roble, observo a su alrededor y todo había cambiado justo como se estaba reflejando en el espejo. Tocaron una vez más, esta vez con algo de insistencia.

- ¿Papá? - escucho afuera de aquel baño.

Sin saber que hacer se fue acercando a la puerta, abriéndola lo suficiente para ver quien estaba del otro lado. Había un  chico de no más de 5 años parado ahí, su piel era roja, en su ojo una hoz y un martillo.

- Amm... ¿Tu eres?

El jovencito atino a fruncir el ceño con enojo, era el colmo.

- ¡¿como que quien soy?! ¡Soy URSS tu hijo!

La cara que ha de estar haciendo de seguro es graciosa. Abrió más la puerta mirando al rededor, era una habitación enorme, incluso más grande que la que había en su mansión, tenía un estilo típico victoriano y mucho oro hasta donde podía ver.

- ¿Pasa algo papá? - pregunto aquel chico. Lo miro por un lapso de tiempo antes de tomarlo en sus brazos y levantarlo.

Era un chiquillo apuesto, de seguro de grande romperá muchos corazones. Lo observo con clara curiosidad, a pesar de los colores si tenia cierto parecido a él. Alzó su mano para acariciar la mejilla del niño, recibiendo una sonrisa de este y como ladeaba su cara para tener más contacto.

- ¡Zarist!

Dio un respingo, mirando para todos los lados notando que volvió a su propio baño, que seguía tirado en el piso y su padre lo miraba confundido.

- ¿Ah?

- ¿Qué haces ahí tirado? Escuche un estruendo y es como la tercera vez que te llamo ¿Qué te paso?

No sabía ni como contestar, estaba shockeado por todo lo que sucedió ¿entonces si fue un sueño? ¡pero se sintió tan real!

- Oye papá... ¿de casualidad conoces a alguien llamado URSS?

- ¿URSS? Que nombre tan feo. No, no lo conozco ¿por?

- Es que yo... por nada

- Bueno, si no es nada entonces duérmete. Iré a salir

- ¿A esta hora?

- Me han dicho que han visto hombres de Francia rondando por la zona de Kaiser. Sabes que a diferencia de UK, Francia es más... complicado de tratar

- Intenta llegar vivo ¿quieres?

El jefe asintió, no sin antes ayudar a levantar a su hijo y darle un corto abrazo, como había dicho antes, eran pocos los momentos que se mostraba cariñoso, pero sin duda agradecía que se tomará el tiempo.

Una vez más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora