Dos Imperios

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Fin de la primera parte

Ambos ya lo tenían claro. Después de todo lo ocurrido llegaron a la conclusión de que no eran simples sueños, en algún momento todo eso ocurrió, en alguna otra dimensión, alguna otra vida, no pueden estar seguros por esa parte.

Saben que se enamoraron, pero por diferencias de opiniones y de bandos en la guerra estuvieron del lado opuesto. Zarist sabe que tuvo un hijo, Second sabe que perdió a los dos. Aún sabiendo la verdad, no se sienten capaces de verse, la sola idea de una reencarnación les parece todavía absurda.

Por otro lado, estaba sucediendo en su presente algo similar a lo que ocurrió en el pasado. La disputa por la zona había crecido más, el jefe seguía sin aparecer y esto ponía nerviosos a los hombres de este, al ver que el hijo no parecía tener intención de ir a buscarle solo reforzó una idea equivocada, empezando a movilizarse bajo cuerda.

La mafia francesa no se quedaba atrás, y a pesar de que la mafia inglesa había dicho anteriormente que no planeaba meterse con esa zona, accedió brindarle un poco de ayuda bajo la insistencia de su hermano Francés. A este punto Second estaba acorralado, el número de sus hombres iba disminuyendo demasiado, empezando a perder áreas.

- Ya no se que hacer Weimar - comento de momento a otro

El hombre lo volteo a ver con clara duda, es cierto que las cosas ahí se han tornado pesadas desde la última vez, pero pensó que el chico tenía algo así como un plan de contingencia en esos casos.

- ¿Has pensado en acceder a sus reclamos?

- Si tan solo fuera así de sencillo. Los que más sufrirían son ustedes, volvería nuevamente a los sucesos de hace muchos años, esos putos mafiosos y sus cuotas altas, la delincuencia volvería a verse, por otro lado yo... bueno, no estaría más aquí, aunque eso ya es el menor de los problemas sinceramente

- Kaiser...

- Me llamo Second - corrigió, llevando sus manos a la cabeza - si tan solo apareciera el jefe del Imperio Ruso, podría quizá hablar con él y llegar a un acuerdo, no quisiera que se vieran afectados aquí... no quisiera que TÚ te vieras afectado aquí

Weimar lo miro con lastima, su miedo era grande pero si no hablaba las cosas podrían ponerse de peor manera. Tomo aire, preparando las palabras exactas con las cuales admitir su pequeño pecado.

- Second... por favor no me odies.

...

Zarato Ruso empezaba a moverse más, como había dicho antes no era la primera vez en esas situaciones. Podía caminar, hacer ejercicio y demás, estaba listo para volver, aunque claro está que no quería demasiado esa última parte. Volver significaría no poder ver nuevamente al hombre que lo salvo, ya había causado demasiado revuelo en esa zona. Aunque de todas formas, quedarse también significaba poner en peligro a Weimar, a ese punto ya no sabía que hacer.

Escucho la puerta abrirse, una sonrisa se asomo por sus labios yendo a recibir con un abrazo al hombre, deteniéndose en seco al ver quien había llegado junto a él.

- ... Ay Weimar - comento Second en un suspiro. A ese punto no sabía a quién ahorcar primero, si a Weimar por ayudar a un mafioso, o al jefe por andar casi que en pelotas por la casa ajena - Esta no es tu casa ¿Por qué andas en bóxer? ¿Pues que clase de relación tienen ustedes dos? - pregunto entrecerrando sus ojos, sonaba bastante celoso. Su hijo de otra vida estaba con un jefe de una mafia, eso no le agradaba para nada

- ¡Ninguna! - atino a contestar Weimar con un notorio sonrojo en sus mejillas

- ¿Qué hace el chico aquí? ¿Vienes a terminar lo que no pudieron hacer esos putos franceses? - pregunta esta vez el eslavo. Sea lo que sea que quiera, ya tiene una idea en mente sobre como mandarlo al demonio de un solo golpe

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⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

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