Choque

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Era ya de noche. En mi mente solo habían recuerdos del día anterior, mientras me acordaba en en el asiento del carro en donde iba.

Mauricio miraba la ventanilla de su lado, sin hablar, parecía estar enfocado en sus propios pensamientos.

Rebusqué en el bolsillo del pantalón de gala que tenía, saque el dañado teléfono que usaba para poderme comunicar. Abrí los datos móviles, segundos pasaron cuando los mensajes comenzaron a bombardear mi pantalla.

Un número que era familiar.

Mensajes como, "me alegra que estés cumpliendo tu sueño" "¿Que te han dicho""¿como estas? " "¿Como es el apartamento?" Seguido de un sin número de llamadas pérdidas.

Sabía que yo no era muy dado al teléfono, pero también tenía en cuenta que debía de prestar más atención.

Abrí la pestaña de WhatsApp, escribiendo al contacto.

"-Hola tía, bendición, buenas noches, perdón por no contestar".

En ese momento ví las palabras " Escribiendo". Admire la capacidad de responder de mi tía.

"-¡muchacho! Menos mal que no era una emergencia"

Rei a mis adentros.

"-Sabes que no soy de contestar rápido, además, tenía el teléfono apagado".

Conteste esperando la respuesta.

"-me tenías preocupada, no sólo q mi, tu hermana a estado encima mío todo el día para saber cómo has estado".

"-Dile que ya su hermano esta ya en España"

"-Eso ella lo sabe"

Sonreí esperando la otra respuesta.

"-¿que haces? Niño".

"-Voy en camino a una reunión de escritores, allí hablaremos más a profundidad sobre mi libro".

"-Me alegra mucho hijo, estoy muy feliz de estés cumpliendo tu meta".

"-Aun no podemos cantar victoria, tía, es necesario un poco más de tiempo, no sabemos si el libro será un éxito".

"-Lo es por lo visto, si te llamaron para poder darte la oportunidad, hijo, es mejor que pienses en grande, de positivo".

-Ya casi llegamos Obniel.

Mauricio me habló sacudiendo mi hombro.

-Oh, claro, tranquilo.

"-Debo irme, ya casi llegó al lugar".

"-Dios te bendiga mijo, que te vaya bien".

Guarde el teléfono en mi bolsillo al mismo tiempo de ver ya la editorial.

Bajamos ambos del taxi dirigiendo nos a la entrada.

Tomamos el mismo recorrido usando el ascensor para llegar arriba.

-No eres muy conversador que se diga -Se dirigió a mi Mauricio.

-Perdón, es que, no soy tan social que se diga -conteste con pena.

-Por lo menos eres educado, tranquilo, es que es raro ver a un joven que no hable mucho en estos días. Normalmente estarían hablando y presumiendo.

-¿Y se supone que eso es lo normal?.

Pregunte con ironía.

-Solo hablo por mi experiencia.

-¿cuantos años tienes? Mauricio.

Tu Pasión y la míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora