1. Choque de coches

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Mientras estaba en su piso a punto de empezar a ver una película, recordó que no le quedaban palomitas en casa, y para ella no era una película sin palomitas. Eran las ocho de la noche, así que se puso un chándal por encima del pantalón del pijama, y se colocó el abrigo y los guantes antes de salir de casa. Era febrero y esa semana estaba haciendo bastante frío, con lo que le pareció raro que su compañera de piso aún no hubiese llegado.

Denna salió por la puerta rumbo al supermercado que quedaba a diez minutos y de paso aprovechó para coger un par de cosas de la lista que había dejado en la nevera que necesitaban en casa. A ver qué nos falta: pimiento rojo, cebolla, carne picada y detergente, pensaba la granadina.

Cogió las cosas que les hacía falta, un paquete de tres de palomitas, chocolate con leche, unos M&M's y un paquete de seis cervezas Estrella Galicia. Vale creo que ya tengo todo.

- Son 15,87 - le dijo la cajera.

- Con tarjeta, por favor. - le respondió Denna, no solía llevar suelto ni cuando bajaba a tomar café en el descanso del trabajo.

Una vez ya en la calle, revisó el móvil a ver si tenía una notificación, y cuando levantó la cabeza lo vió, y lo peor, lo escuchó. Un Honda Civic se acababa de saltar un ceda el paso, en el cruce que tenía a treinta metros, chocando por el lateral contra un Fiat 500 color morado. 

En cuanto vió la escena, empezó a apretar el paso pero para su sorpresa el coche dio marcha atrás, que fue cuando Denna le pudo ver la cara, y salió a toda pastilla dejando al otro coche en medio del cruce con todo el lateral metido para dentro. "Pero será hijo de la gran p..."

Salió corriendo en cuanto vió a una chica dentro del coche contra el cristal de su puerta inconsciente.

- ¡AYUDA POR FAVOR, QUE ALGUIEN LLAME A UNA AMBULANCIA! - Fue lo que pudo decir. 

Se había fijado que era morena, parecía que el brazo se lo había roto y estaba con los ojos cerrados con una brecha en la frente que sangraba bastante. No quiso hacer ningún movimiento hasta que llegó la ambulancia, por si acaso hacía algo que empeoraba su situación.

- Una, dos y tres. - Decía uno de los dos chicos con uniforme cuando incorporaban la camilla con la misteriosa joven encima, ya con el collarín puesto y unas manos del médico que intentaban cortar la hemorragia. El brazo se lo habían puesto en un cabestrillo, y descansaba encima de su pecho.

- ¿Nos puedes decir qué has visto? - preguntaba el enfermero.

- Pues un chico se ha saltado el ceda, le ha dado y luego se ha dado a la fuga. No me he podido quedar con la matrícula solo con su cara. - Pero como he podido ser tan gilipollas de ni siquiera mirar la matrícula, pensaba la rubia.

- Vale de momento sigue inconsciente, nos la llevamos al hospital para valorar el golpe en la cabeza y tiene el radio y el cúbito fracturados. ¿Crees que puedes acompañarnos al hospital, para que tengamos todos los datos y poder redactar lo que ha pasado, ya que eres nuestra única testigo? - Le preguntó el médico.

Denna se vió con la bolsa en la mano, pero no pudo decir otra cosa - Sí claro, sin problema - Además ella sabía que después de lo que había visto, no se iba a quedar tranquila hasta que la viese despertarse.

Coches de ChoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora