27. Confesiones

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El sonido de la lluvia la despertó. Por un momento se sentía desorientada, no sabía donde estaba, ni que día era. Hasta que se acordó. Su cabeza empezó a tirar atrás todas las imágenes, como si fuese un capítulo de Netflix. Se acordaba de sentirse celosa, de haber hablado con Chiara en la terraza y de haberse puesto como una moto allí, de estar en el pub bailando con sus amigos y disfrutando del momento como hacía años. Realmente el grupo que estaban formando era maravilloso, cada uno con sus cosas, pero siempre aceptado por los demás. Se acordaba de bailar con Chiara, de rozarse y crear campos de electricidad. Se acordó de Rocío y un escalofrío le recorrió el cuerpo. La noche que le había dado Rocío, a ambas. Se la había encontrado cuando Chiara se marchó a pedirse una copa, hablaron un par de minutos y le pidió que le acompañase al baño que se estaba meando. Se iba a quedar fuera esperando para ir a otro baño, pero Rocío le dijo que no le diese vergüenza que en peores situaciones habían estado, que así aprovechaba y meaba ella también. Cuando entraron al cubículo Rocío fue la primera en hacer pis, habían estado hablando de cosas y no recordaba ni de lo qué. La verdad que en esos instantes iba borracha. Ella aprovechó para hacer pis también, pero claro se tenía que bajar medio mono y así lo hizo, y cuando estaba poniéndoselo de vuelta, ya había metido los brazos y solo le faltaba la cremallera, Rocío se le abalanzó. Su intención fue comerle la boca aunque le hizo una cobra, pero la boca de la catalana acabó en su cuello. Y le salió un jadeo innato que en el momento que se escuchó, sabía que estaba mal. Se notaba borracha pero aún así en su momento de lucidez, y habiendo dejado claro con ella que eso no iba a volver a pasar, se quiso separar y fue lo que probablemente escuchó Chiara, que le agradecerá infinitamente que saliese en su defensa porque la situación para ella no estaba siendo cómoda y no sabía como iba a acabar. Cuando salió del cubículo vio la cara de la inglesa y sintió que le había cagado a pesar de no haber pasado nada. Pero lo siguiente la desestabilizó por completo, todas las palabras que soltó Rocío por la boca, una persona que pensaba que era su amiga, la volvieron a llevar a una época que pensaba que tenía superada. El ataque de ansiedad donde sentía que se moría, que no podía respirar. Y que de no ser por esa chica que ahora dormía al lado, no sabía que hubiese podido pasar.

Seguían prácticamente en la misma posición que el día anterior, también es verdad que poco habían dormido, quizás unas tres horas. Se intentó girar sin despertar a Chiara hasta quedarse bocarriba y le echó una mirada. La británica dormía plácidamente bocabajo, pero seguía con su brazo en su barriga y sus piernas entrelazadas. Violeta suspiró, estaba preciosa con todos los mechones por la cara y sentía que quería peinárselos, pero igual era demasiado y más después de lo del día anterior. Agarró su mano que descansaba en su barriga y volvió a suspirar.

- Buenos días Vivi. - Dijo una voz ronca.

- Buenos días Kiki. - Dijo saliéndole una pequeña sonrisa.

- ¿Qué tal estás? ¿Has podido dormir algo? - Sintió su mirada sobre ella.

- Sí, me costó un poco pero luego si que me dormí. ¿Qué hora es?

Chiara se giró deshaciendo la posición que tenían las dos. - Las 9.00, así que hemos dormido unas cuatro horas. - Dijo bostezando para colocarse ella también bocarriba.

- Vio... ¿quieres hablar de lo que pasó ayer?

Violeta tragó saliva, no quería. No sabía ni por donde empezar. Todo había estado mal en la parte final de esa noche.

- Supongo que te lo debo. - Respondió suspirando.

- Violeta no tienes que contarme algo porque me lo debas, si no porque quieras hacerlo. No me debes nada.

- Sí que te debo algo. Una disculpa.

Fue a Chiara a quien le tocó tragar saliva en esa ocasión. Se imaginaba que sería por lo del baño pero si ella se sentía mejor le dejaría hablar.

Coches de ChoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora