Wang Zhuo Cheng quedó helado cuando divisó la entrada de un hombre bastante alto, piel blanca y mirada sumamente coqueta. Hacía tanto tiempo que no tenía el disgusto de ver ese engreído rostro.
"No tuve tiempo de recibir a Liu Haikuan, por favor hazlo por mi. Recuerda los cien billetes que te pagué."
Maldita la hora en que aceptó ese dinero.
El mayor era elogiado, admirado con tanta devoción por parte del personal, parecían tan bendecidos por tener a un capitán de élite entre ellos; como si la presencia de Xiao Zhan y Wang Yibo fuera menos a la de ese tipo.
"A-Cheng, mucho tiempo"
"El Ministerio Jian Min lo espera en la sala de juntas, no lo haga esperar. Por aquí."
El Jefe Cheng no espero que terminará de hablar, tomó los documentos necesarios y lo escoltó hasta la sala, sin siquiera darle la oportunidad de volver a hablar. Debía mantener su distancia y autocontrol, no se permitiría caer tan bajo nuevamente.
"El capitán Xiao dejó todos los detalles en las carpetas que el jefe Cheng le proporcionará. No debo advertirle que Hao Xuan es importante para el caso y por medio de Song Ji Yang obtendremos resultado."
"Puede estar seguro, Ministro Jian, que mi trabajo es tan eficiente como el de los capitales Xiao y Wang." Sonríe amable.
"Wang Yibo aseguro que su desempeño es bueno, aunque no tuviera el gusto de colaborar con usted espero que esas palabras sean acertadas."
"Así será."
El ministro Jian Min, antes de salir de la sala despidió a Liu Haikuan, después procedió a indicarle a Zhuo Cheng que debía mantenerse cerca del capitán recién llegado, ayudarle en lo que necesitará y mantener el orden de todo el departamento, así como lo había hecho con Xiao Zhan. Entonces, su trabajo estaba por encima de cualquier asunto personal y debía acatar la orden que se le dió, aún a su pesar.
"Adelante." Indicó Liu, quién temporalmente ocupaba la oficina de los ausentes Xiao Zhan y Wang Yibo
"Señor Liu, he traído los últimos datos de Song Ji Yang, mañana es el interrogatorio así que toda la información está aquí."
Haikuan sonrió ante cada palabra de Wang Zhuo Cheng. ¿Así lo recordaba?, tan serio. No, definitivamente no; el A-Cheng que estaba delante suyo era un hombre completamente diferente al que conoció en Jiangxi.
"Er-Ge. ¿Comerá conmigo hoy?"
"Me encantaría." Respondió.
"¿Disculpe?"
Liu Haikuan parpadeó un par de veces, asimiló que había caído en un momento psicótico, pues había confundido la realidad con la ficción. Creyó haber escuchado a Zhou Cheng preguntarle lo mismo que cuando residía en Jiangxi, pero apareció esa imagen fría
"Si el mayor Liu no necesita algo más, me retiro. En el escritorio está mi extensión, puede llamarme sin problema."
"¿Y qué tal tu número?"
"Dudo que luego de estar doce horas en está instalación no haya logrado obtenerlo."
Intentó no sonar engreído, pero en realidad le extrañaría que Liu Haikuan no hubiera pedido su número personal a los demás compañeros de la dependencia, era un lobo astuto, así que debió preguntarle a más de un funcionario.
"Me conoces tan bien." Sonríe feliz.
Nadie podía conocer su faceta tan retorcida como lo hacía Zhou Cheng.