La oscuridad de la noche fue efímera. La mañana siguiente llegó, con un clima cálido y reconfortante. Las calles de la ciudad se veían igual de animadas como en el anterior día, con jóvenes chicos corriendo entre carcajadas, damas jóvenes extendiendo la ropa en la mañana y algún qué otro grupo de caballeros con gran armadura haciendo de escoltas. Con pasos firmes, el joven de cabellera azulada se movió entre las concurridas calles con mayor habitualidad. Su vestimenta, una armadura ligera de tonos oscuros brilló brevemente en el sol, con una gruesa capa deslizándose por su espalda sutilmente. Una mañana nueva, una oportunidad nueva.
El joven, cruzó con naturalidad la puerta doble de un inmenso local, y con recobrada energía miró con el ceño fruncido a los numerosos habitantes en aquél lugar. Aquellos en sus ojos se mantenían en lo suyo, sin captar interés en el reciente joven que posó con cercanía en la puerta. Bebían, discutían y conversaban animadamente, sin darle importancia a su alrededor y menos a él.
«Bien, estoy aquí de nuevo. »
El joven observó por unos instantes más el interior del lugar, antes de que captará una pequeña figura que lo miraba a la distancia, con la misma expresión llena de seriedad que él poseía, envuelta en su capa de piés a cabeza y sentada en una esquina del lugar. Ambos se miraron por unos segundos, antes de asentir mutuamente y él avanzar en su dirección, mientras ella se impulsaba de su asiento con un pequeño salto. Quedando poco a poco, con el pasar de los segundos, uno frente al otro.
De pié frente a él, el joven miró a la pequeña chica de lindos y adorables rasgos, envuelta en su túnica de color marrón, qué con un simple movimiento de su cuerpo, daba a mostrar una armadura parecida a la del joven, con dos sobresalientes dagas envainadas en sus muslos . De la misma forma qué él la miraba, la pequeña chica lo observó, quitando la capucha de su cabeza para mostrar una cabellera dorada y orejas sobresalientes. Ella observó su expresión resuelta, al igual que su larga y nueva espada de fino acero, junto con su armadura negruzca de características ligeras.
—¿Estás preparada? —El joven preguntó con la misma expresión solemne. Sus ojos mostraron un brillo determinado.
—Por supuesto. —La chiquilla asintió, respondiendo con un tono de voz confiado. —Podemos ir enseguida si así lo quieres, está vez lo lograremos sin contratiempos.
Zero, el joven padre y nuevo aventurero, asintió junto con su compañera Harley, la pequeña chica de aspecto infantil qué se encontraba frente a él. Ambos cruzaron una última mirada llena de voluntad infranqueable, antes de voltearse y salir del famoso Gremio de Aventureros, mirando en una dirección en específico del lejano horizonte, con las nubes y el cielo azul cómo principal imagen, antes de nuevamente asentir y avanzar con convicción. El ritmo de sus corazones estaba más apasionado de lo normal, expectante de todo.
En el transcurso de dos horas después, ambos miraban con un incomparable sentimiento de recelo unas antiguas y destruidas ruinas, qué se superponen en su línea de visión con las imágenes mentales de ciertos seres verdosos.
«¡Goblins, hoy es su momento de morir!»
Ante el energético grito coordinado de ambos, realizados en sus mentes, avanzaron con cautelosos pasos hacia unos montones altos de escombros, escondiéndose entre la sombra de éstos. Mirando con animosidad sus alrededores, se adentraron poco a poco aún más en aquéllas viejas ruinas. Hoy acabarían con esos apestosos y verdosos seres que intentaron cazarlos anteriormente, era el mandamiento que se hacían internamente en sus mentes. El deseo de venganza los inundaba. Permanecían cautelosos, explorando con movimientos sigilosos sus alrededores, indispuestos a bajar la guardia.
—¿Recuperaste tú maná por completo, Harley? —Zero indago a través de un susurro. Aquella duda le invadió, mientras ejercía un control en sus pasos, intentando no hacer sonido con ellos. —¿Estarás bien el día de hoy?
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Paternales Aventuras En Otro Mundo.
FantasíaSolamente, fue una coincidencia. Pero sólo con eso, Zero Neón había llegado a un nuevo mundo llenó de magia y espadas, cómo también peligros y aventuras. Una noche lluviosa podía cambiar completamente el mundo de una persona. La vida de Zero cambió...