Paternales Aventuras En Otro Mundo.

Capítulo 8

—¡¿Qué debemos hacer ahora?!

Un estridente gritó resonó en el lugar. Proveniente de una hermosa chica, de alargadas orejas y cuerpo pequeño, la expresión de los residentes circulantes se tornó un poco molesta al momento de notar a la misma. Pero ella, aún así con una expresión de enojo, golpeó la rústica mesa de madera qué posaba debajo de sus brazos, algo qué normalmente no haría para pasar desapercibida por los demás. La adorable visión de aquella actitud haría a cualquier caer ante la ternura radiante de sus gestos en su mayoría de casos, aún así, su compañero no tenía ganas de admirar la visión, al menos por ahora.

—Zero, no pongas esa horrible expresión de miseria. Da ideas productivas, ¡estamos en crisis ahora!

—No molestes, Harley... —El chico de azulado cabello oscuro, y padre de una pequeña niña, murmuró desanimado, con la parte superior de su cuerpo pegado a la mesa que compartía con su compañera. Zero no podía más que cerrar los ojos exhausto y tapar su amarga expresión con sus propios brazos. —¿Enserio quieres volver a ir por esas criaturas por tercera vez? Hoy sería el tercer día que iríamos allí, son demasiado para nosotros, tienes que entender eso.

—¡P-Pero, no podemos rendirnos! —La Elfa parecía endurecer aún más sus ideas con los comentarios de su compañero. —¡Dos veces nos han hecho huir de forma humillante! ¡No podemos dejar que se salgan con la suya, me niego a eso!

Era un dilema entre ambos. Había pasado un día desde que descubrieron la enorme cantidad de Goblins en el lugar, sobrepasando su nivel de poder actual. Ambos permanecían en el Gremio de Aventureros sentados en la parte del bar, situados en una pequeña mesa, cercana de una esquina aislada, con el mural de misiones tras ellos, discutiendo sus siguientes acciones para el futuro y esté día en sí: abandonar la misión que cada poco a poco se complicaba más cada día, o rendirse e ir por otra misión mucho más conveniente qué la actual.

Los dos tenían diferentes opiniones respecto al tema.

—Eso no tiene importancia. —Zero respondió a la exclamación de su compañera, pensativo y aún cabizbajo. —Por lo menos no hemos resultado heridos. Es mejor abandonarlo antes de que pasé algo que nos pueda herir gravemente,  o peor, nos mate. Estamos completamente indefensos en querer luchar contra un grupo tan grande, sería una mala situación que fuésemos rodeados por esos Goblins en un determinado momento.

—¡Pero no es justo que nos humillen así! —Harley apretó los puños impotente, con sus brillosos ojos húmedos. Parecía vislumbrar algo en sus ojos qué Zero no podía entender. —De verdad, no es justo...

—Ya para, por favor. —Suplicó él, dando un ligero suspiro mientras finalmente levantaba la cabeza, apenas lo suficiente cómo para mirarla desde abajo. —De todas maneras, ¿acaso no te preocupa el dinero? No has obtenido alguna recompensa en estos días, y mucho menos obtendrás alguna si seguimos con ésto.

—No por ahora... —Con sus delicadas cejas inclinadas, ella respondió sinceramente. Parecía agobiada, pero era incapaz de dejar pasar está situación. —Tengo suficiente dinero reunido como para sobrevivir por un buen tiempo sin preocupaciones.

—Se nota que te has esforzado.

—¡Por supuesto, soy una gran Aventurera después de todo!

—Vaya, que bien te ves a ti misma.

—¡Eso es un hecho! ¡Por eso quiero ir  por esos Goblins! ¡Debemos hacerlo, nuestro orgullo de Aventureros está en riesgo!

Zero no pudo evitar exhalar un profundo suspiro de resignación mientras permanecía con su barbilla en la mesa.

Cerró los ojos con una mueca de depresión antes de abrirlos nuevamente, observando a su obstinada compañera que permanecía de pie en su silla para poder tener una altura decente para ver la mesa. Permanecía en una arqueada posición hacía adelante, con sus dos tiernos brazos estirados con las palmas abiertas sobre la mesa.