𝑇𝐷𝑃 ٭ │𝒋𝒂𝒄𝒂𝒆𝒓𝒚𝒔 𝒗𝒆𝒍𝒂𝒓𝒚𝒐𝒏 (𝒄𝒂𝒏𝒄𝒆𝒍𝒂𝒅𝒂)
❝Luego de la muerte de la Reina Aemma, todo el mundo había quedado conmocionado por su muerte.
Aun así, el Rey había vuelto a casarse. No solo una vez, si no que dos.
Lady Alicent Hig...
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Muchos en el Reino hablaban de la mala fortuna del matrimonio entre el Rey Viserys y, Laelys Velaryon. Pues, ya había pasado un año y, la Reina aun no presentaba signos de dar un heredero.
La joven Reina estaba en sus aposentos, llevaba demasiadas horas escuchando a su padre hablar.
Lord Corlys Velaryon, se sentía humillado por su hija. Pues, está le había prometido tener a un heredero del Rey, algo que aún no había sucedido.
—¿Me estás escuchando, Laelys?—
Ella simplemente lo ignoro, seguía con su vista fija en la ventana. Veía a Rhaenyra partir.
La búsqueda por un esposo para la Princesa había comenzado. La Velaryon le había rogado al Rey de ir y, acompañar a su prima, pero su petic5habia sido denegada.
Así que ahora, se encontraba viendo a través de uno de los pocos huecos por dónde llegan la luz.
—Alicent anuncio su embarazo poco después de la boda. ¿Qué estás esperando, hija?—
Por primera vez desde que el mayor llegó a sus aposentos, la platinada se dio media vuelta para verlo.
Cuando era pequeña, Laelys soñaba con ser como su padre. Ir a navegar, poder sentirse libre en el mar, pero había nacido siendo una mujer.
Y, su progenitor nunca había dejado de recordarle su lugar en el mundo. Al lado de su futuro esposo, siendo la señora de su casa, además, de la madre de sus futuros hijos.
—Lo intento...— la voz de la joven Reina había salido bajita.
—¿Lo intentas? Pues no sé nota, tal vez si hubiera dejado que el Rey se casará con Laena...—
—¡No!— ella lo corta, no dejaría que su padre involucra a su hermana. —Ella no lo hubiera soportado.—
Laena era muy diferente a su hermana. Era dócil y, haría lo que fuera que su padre le dijera.
La menor sabía perfectamente que si su hermana se hubiera casado con el Rey, ahora ya hubieran tenido un hijo. Tal vez, estaría en cinta del segundo.
—Al menos tu hermana hubiera hecho lo que digo.—
A pesar de amarla y, aun siendo ella la menor, intentaba protegerla. Pero, había momentos en los que odiaba que la compararán con Laena.
—Lo intento, créeme.—
—Pues no te creo, porque...—
—No me importa si me crees o no padre. Porque soy yo, quien tiene que aguantar al Rey, sentirlo sobre y, dentro de mí.—
Volvió a centrar su mirada por la ventana, sintiéndose incapaz de ver a su padre.
—Aguantar que cada vez que estemos juntos, diga el nombre de la difunta Reina. Tener que aguantar su toque sobre mí, sus caricias, yo soy la que aguanta todo eso. Pero tú no lo ves...—
