XXXVII. Comeback oportuno.

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5 de Noviembre. 23:49

El choque de su espalda contra el suelo resuena por todo el pasillo mientras Max aprovecha para limpiar su cara temblorosa pero tranquilamente tras el respiro que se pudo permitir darse ahora que por fin la violencia había acabado.

Su cuerpo reposando débil e inanimadamente en el lugar sólamente muestra al resto de su grupo que había perdido. Mizu había sido envenenada y sus compañeros asumen totalmente lo peor.

Los tres dejan de moverse y resistirse ante las garras de los guardias que los estaban agarrando, pues ahora sólamente apreciaban cómo su compañera de repenete había perdido su conciencia de un momento para otro, justo cuando tenía todas las papeletas de ganar.

"Uff... Anda que... No me ha costado ni nada..." Max se levanta, tratando de hablar apropiadamente pero aún doliéndole tras la paliza que le había dado Mizu.
"Vaya humos... Menos mal que no se lo ha visto venir."

"...No." Marcello levanta la voz tras aquellas abrumantes palabras. Su rabia estaba apunto de matarlo.
"No. No. NO."

Este, a diferencia de Lenn y Mireia, se motiva a resistirse de nuevo como si no hubiese un mañana, su mirada hiperfijada en Max y sus brazos aleteando, tratando de destrozarle y acabar con él aunque ni cerca estuviese.

"¡¡NO!!" Sus gritos preocupan a sus compañeras. "¡¡OTRA VEZ NO!! ¡¡¡OTRA VEZ NO!!!"

"Heey hey..." Max agita su cabeza, sonando totalmente tranquilo a diferencia de su contrincante.
"Que no está muerta, relaja... Está inconsciente."

Marcello deja de moverse y resistirse tan bruscamente tras escuchar esa información, respirando de una forma más regular y agitando su cabeza.

"...Menos mal, hijo de la gran puta." Su tono sigue frío, aunque no sea tan alto como antes.
"Porque llega a morir otro más delante de mi puta cara... Y te arranco los huevos."

"¿Cómo? ¿A mordiscos?" Max ríe. "Deja tus fetiches para otro momento anda, ahora deberías preocuparte por tu propia vida."

"Ahora mi única preocupación es destrozarte la PUTA CARA." Marcello levanta su voz de nuevo, dándose cuenta de cómo Max estaba moviéndose de nuevo.

"Eh... EH." Marcello se resiste de nuevo, Lenn y Mireia mirándose mutuamente sin saber qué hacer y su ansiedad incrementando.
"¡¡EH!! ¿¡A DÓNDE CREES QUE VAS!? ¿¡¡EH!!?"

Tal y como si estuviese recogiendo para salir de una clase o algo, Max agarra la bolsa de dinero y reposa el cuerpo de Ciccarone en un hombro y el de Mizu en otro, llevándolos como sacos de patatas, como si no pesasen nada.

"Eepa..." Max suspira, cogiendo los dos pesos de un tirón pero consiguiendo levantarse sin mucho esfuerzo. "Voy a hacer bíceps hoy..."

"¡OYE!" Mireia se une también al griterío. "¡¡¡OYE!!! ¡¡SUELTA A MIZU!! ¡¡¡NO HUYAS!!!"

"¡¡¡PUTO TRAIDOR DE LOS COJONEES!!!" Lenn no aguanta más el quedarse callada y no moverse tampoco. "¡¡DÉJALOS!! ¡¡¡SUÉLTANOS!!!"

"Suerte con mis amiguitos, perras rabiosas." Max se despide con su mano libre, dejando una carcajada satisfecha mientras se gira lenta y tranquilamente para comenzar a caminar y huir.

"¡¡¡QUE NO NOS LLAMES ASÍ!!!" Mireia le grita más fuerte aún.

"¿¡QUÍ HAAAAACE!?" Marcello grita de vuelta para tratar de llamar también su atención.
"¡¡NO HUYAS!!"

"¡Hasta nunca!" Max grita de vuelta, ya caminando hasta el final del pasillo. "¡Ya os veré por la pila de cuerpos que tengo en el pasillo!"

Los tres son invadidos por la ansiedad de la repentina situación de manera que sus ánimos por soltarse de los guardias no desaparecen en ningún momento, sus fuerzas siendo constantes y sin fin de rendirse aunque, a sus ojos, ya estaban perdiendo al esperanza y notando cómo todo estaba perdido.

CHOSEN FOR THE CATASTROPHE - fanfic meme/serio de los pingüinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora