𝐌𝐢𝐳𝐮𝐤𝐢 瑞希 ° ° || 𝙇𝙖 𝙡𝙪𝙣𝙖 𝙚𝙨 𝙖𝙦𝙪𝙚𝙡 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙟𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙖𝙡𝙢𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙤𝙨 𝙧𝙚𝙫𝙚𝙡𝙖 𝙖𝙦𝙪𝙚𝙡𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙜𝙪𝙖𝙧𝙙𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙣𝙩𝙧𝙤. || ° °
¿Quien dice que el mal no se enamora...?
¿Es siquiera posible que un ser tan b...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
• MIZUKI TSUKIKAMI •
Recuerdo la primera vez que lo vi...
Su cara angelical, sus ojos rubí carmesí, su lindo cabello rizado y su atuendo formal le hacían lucir extraordinariamente bien.
Su esencia te atraía como abeja a la miel. Era como un susurro en tu oído que te instaba a quererlo cada vez más...
La forma en la que solía endulzarme el oído me traía a sus pies...
Yo era solo una niña, llena de sueños y deseos por cumplir y alcanzar...
Enamorada de la vida y sus bellezas naturales, con una buena familia, linda y amorosa.
Una familia que me colmaba de amor, cariño y alegría...
Pero todo cambió cuando crecí.
Él, con su simple presencia, tan calmante como voraz, fue capaz de disolver aquella linda fantasía de niñez...
Quedé sola, desamparada y sin nadie a quien poder acudir para sobrevivir.
Vagaba por los barrios bajos, rogando de rodillas a Dios por tener un plato de comida...
Esa fue mi vida... Siendo mi hogar un simple puente hecho ruinas, un callejón desolado o incluso una esquina poco transitada.
Él solía visitarme a menudo... Me llevaba lo mínimo para siquiera sobrevivir un poco más. Esa era su forma de manipularme, me hacía verle como si fuese mi héroe...
Mi salvador, un príncipe sin armadura... Un príncipe sin principios morales y sin escrúpulos.
A pesar de estar consciente de que había sido él quien me había arrebatado mi ensoñadora vida de color rosa pastel...
Sabía que debía odiarlo, detestarlo por haberme arrebatado lo más importante en mi vida, por haberme obligado a quedarme sola y sin un techo en el que vivir...
Pero sin darme cuenta, él se había adueñado de mí, de mi mente, mi alma, mi cuerpo y corazón...
Yo era suya... Desde el primer instante en el que me captó con sus ojos tan escarlata como la sangre y tan depredadores como un animal feroz.