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{Hace más de una centuria...}

En la extensa sala iluminada por el tenue resplandor de las pequeñas pero brillantes linternas de papel que adornaban el lugar, Mizuki permanecía en silencio, su presencia era un faro de autoridad y serenidad. A sus pies, las Seis Lunas Superiores, los guerreros más temidos bajo el mando de Muzan, la miraban con respeto absoluto. Kokushibo, Akaza, Douma, Gyokko, Hantengu, Daki y Gyutaro. Habían respondido a su llamado de inmediato, conscientes de su poder y la importancia de su palabra.

–Mi señora...– comenzó Kokushibo, con la voz firme y solemne, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto.

▸▸Hemos buscado incansablemente el Lirio de Araña Azul, bajo las órdenes del maestro Muzan. Pero ante su llamado aquí nos hace pensar que hay algo más profundo de lo que hay que hablar.– Su voz profunda y gruesa mostraba una leve y casi imperceptible inquietud.

Mizuki, con un movimiento lento y elegante, asintió mientras sonreía dulcemente. Sus ojos brillaban con un resplandor que parecía irradiar esperanza y fuerza a quienes la rodeaban.

–Todos ustedes comparten un gran e importante propósito, este siendo impartido por el amo Muzan.– Frunció levemente el ceño.

▸▸El Lirio de Araña Azul no es solo un medio para satisfacer el deseo de nuestro señor, sino una valiosa llave para cambiar el destino de nosotros los demonios. No es solo poder lo que buscamos, es la libertad, algo que va más allá de lo que jamás hemos conocido. El poder reinar sobre el sol está fuera de nuestras habilidades... Pero con la fuerza de cada uno de ustedes, solo será una meta. No un simple sueño.

Akaza, aunque normalmente impulsivo, ahora hablaba con un tono de reverencia hacia Mizuki.

–Mi señora, hemos buscado por más de una centuria aquella flor milagrosa sin descanso... Y desafortunadamente aún no ha sido localizada. Agradecemos sus sabias palabras, tendremos presente su apoyo ante esta ardua misión.– El chico hizo reverencia ante la albina.

CLARILUNA.       -Kibutsuji Muzan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora