Torpeza de Amor-Miércoles x Tn

5-Torpeza en la cama (+16)

Miércoles sentía la respiración del chico en su cuello mientras recibía pequeños besos. El chico poco a poco acariciaba la espalda de ella quien se desprendió pronto de la ropa superior quedando en sostén. La joven respiraba con dificultad, se sentía ahora mismo como una presa herida a punto de ser devorada. Y como algo tan sangriento...le gustaba esa sensación.

—Si le dices esto a alguien te juro que te mataré—le susurró.

—Tranquila, yo siempre guardo todo lo personal—le dio un beso en la oreja antes de morderla provocando que la piel de la chica se erizase.

Tn también estaba algo nervioso, pero poco a poco se dejaba llevar colocando sus manos en los pechos de ella antes de recibir un fuerte bofetón.

—¡Lo siento!—se apresuró a decir el chico antes de notar las manos de su chica en la mejilla.

—Perdona, ha sido...un reflejo...no estoy acostumbrada a esto...

—Ya veo...

El chico fue besando el cuello de nuevo, dando ligeras mordidas mientras bajaba lentamente entre sudores y con cierto miedo de ser golpeado de nuevo. La piel de la joven era fría, pero tan suave que le encantaba. Notaba a la pelinegra moverse un poco debido a la situación.

Besó sus pechos por encima de la fina tela provocando un ruido tierno por parte de ella antes de continuar bajando despacio hasta sentir su ombligo. Pero continuó con el viaje hasta colocarse entre las piernas. El joven se preguntó si lo haría bien o acabaría muerto.

—¿A qué esperas?—escuchó en voz baja a la chica cuyo rostro se veía en la oscuridad debido a la luz que entraba por la ventana.

Tn asintió y comenzó a devorar lentamente tras haberle quitado despacio la falda. Lo hizo primero por encima de la tela oscura antes de retirarla a un lado. 

El cuerpo de la pelinegra se arqueó y dobló en varias ocasiones mientras sentía que su mente la transportaba a otro lugar. Abría la boca para dejar escapar varios gemidos ahogados. Cuando logró alcanzar ese punto de locura absoluta, pudo respirar de nuevo.

—¡Alguien viene!—avisó ella en voz baja antes de taparse con las sábanas y hacerse los dormidos.

Al cabo de poco entró su madre con cuidado y dejó unas cuantas prendas de ropa sobre la mesa antes de cerrar la puerta. El chico respiró aliviado, había faltado poco.

—Por poco—dijo el chico.

—Si, no me hubiera gustado verme tan débil—respondió ella antes de acercarse y darle un beso en la mejilla.

El chico se levantó para irse al baño y asearse un poco. A su regreso, sintió que ella lo abrazaba con dificultad debido a que todavía le costaba hacer esa clase de cosas.

—Supongo que tendré que devolverte el favor—al decir eso, los ojos de éste se abrieron como platos.

—No hace falta—le respondió.

—Pero no haré exactamente eso

—¿Entonces qué harás?—preguntó confuso y extrañado por las palabras de la joven.

Ella quitó la sábana y le bajó lentamente la ropa interior al chico antes de agarrarle el miembro haciendo que pudiera notar sus frías manos. Miércoles comenzó a sacudirla lentamente.

—No es tan diferente a un bote de ketchup—comentó tranquila mientras hacia lo suyo.

Tn sintió todo el placer recorrer su cuerpo, las piernas le temblaban, nunca imaginó a esa joven fría hacer algo como eso.