Prólogo

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Enid estaba sentada en la mesa junto a Yoko charlando alegremente de algunas cosas que habían escuchado por parte de sus fuentes. Durante un instante, volteó a ver a su roomie quien estaba sentada, mirando a la nada, distraída y de vez en cuando regresaba al libro. Algo estaba captando su atención.

—Ahora vuelvo—dijo ella antes de alejarse—hola roomie.

Pero ella no contestó, realmente estaba muy en su mundo.

—¡Roomie!—entonces sintió algo frío en su cuello, la hoja de un cuchillo. 

Miércoles parpadeó unas pocas veces y al ver lo que pasaba retiró el arma y pidió perdón.

—¿Qué te ocurre?—se acercó con miedo sentándose a su lado—andas...distraída.

—Hasta tú te has dado cuenta de ello...soy patética y débil—suspiró y volvió los ojos al libro.

—Sabes qué puedes contarme lo que te pasa—comentó ya algo más tranquila la loba.

—Tengo...mis momentos de debilidad—contestó.

Enid en otras cosas no, pero en percatarse de que algo le estaba ocurriendo era experta. Y también su instinto de chismosa le decía que se debía...

—¡Se trata de un chico!—exclamó haciendo que la pelinegra voltease con los ojos abiertos—¡cuéntame todo!—usó su fuerza para arrastrar a su roomie a la habitación.

Miércoles se masajeó un poco el brazo adolorido, realmente tenía fuerza Enid. Ella daba pequeños saltos y le esbozaba una gran sonrisa.

—Venga, ¿quién es el afortunado?—preguntó acercándose emocionada.

—¿Por qué piensas qué se trata de amor?

—Porque soy la reina de los chismes.

Durante un buen rato estuvo tratando de sacarle información a su compañera de habitación pero ella se negaba siempre a responder o cambiaba de tema. La negación era el primer paso para admitir el amor, o eso pensaba Enid.

—En fin, debo ir a Jerichó a por unos libros—comentó mientras se arreglaba un poco y salía del dormitorio.

Enid quería seguirla pero tenía que hacer unas cosas con Yoko. Le comentó la situación y todo marchaba normal, la vampira decía que no era bueno meterse en la vida de Miércoles ya que podía salir muy mal. Sin embargo, Divina llegó y al entrar en la conversación dijo que la gótica aprovechaba cada momento para ir a Jerichó, ya que los pases eran libres durante esa semana antes del inicio de exámenes.

—¿Entonces ha ido muchas veces?—preguntó la loba.

—Si, más de lo que parece—contestó la sirena—me resulta extraño aunque quizás solamente quiere alejarse de nosotros.

—Tengo que investigar esto, algo me dice que hay un chico de por medio—comentó Enid sonriente—¡me voy a Jerichó!, ¿alguna se apunta?.

Ellas negaron, dijeron que no querían salir heridas.

—A veces es mejor actuar sola

—Y morirás sola—contestó Divina.

La loba pilló el autobús a Jerichó y fue buscando en los pocos sitios de la zona. Fue fácil dar con ella en la cafetería. Se sentó a lo lejos y vio a la pelinegra con un café.

—Bien roomie...¿qué ocultas?—pensaba tomando su bebida.

La pelinegra parecía distraída mirando por el cristal de la ventana hasta que sonó la campana de la entrada y vio entrar a un chico que enseguida se ponía la ropa de trabajo. Pero sus ojos vieron que Miércoles lo miró con...una mirada distinta.

Torpeza de Amor-Miércoles x TnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora