Capítulo XI

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—Rosalyn, querida

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—Rosalyn, querida. Bienvenida.

—Majestad. —La peliblanca hizo una elegante reverencia ante la reina, que sonreía, sin aún saber las noticias.

—¿A qué debo tu visita?

—Yo- yo... —Rosalyn pareció quedarse en blanco durante unos segundos, bajando la mirada sin saber qué decir.

—Rosalyn, querida. ¿Qué sucede?

—Me caso, majestad. Con Lord Phillips. Con su aprobación, por supuesto.

La reina perdió la sonrisa en cuestión de segundos. Su diamante de la temporada y ahijada, se casaba, pero ella sabía que ese hombre no era el de sus sueños.

—¿Estás segura?

—Completamente, majestad.

—Rosalyn. —Regañó al notar que la peliblanca evitaba su mirada, lo que significaba que la estaba mintiendo.

—Me ha prometido ser feliz. No podría pedir más.

—Claro que puedes, Rosalyn. Te lo mereces. No te cases si no estás segura, querida. Sería el peor error que podrías cometer.

La sala se quedó en silencio por unos segundos. La reina compartió una mirada con Brimsley.

—Piénsalo bien, querida. Y ven siempre que quieras a tomar el té. Tu compañía es reconfortante.

Con una sonrisa, la peliblanca se despidió y se dirigió a su casa, donde su madre corría de un lado para otro, encargando flores y regalos para su boda.

—No te quieres casar, ¿verdad?

Dió la vuelta, solo para encontrar a Eloise mirándola desde la puerta. Salió de casa y ambas comenzaron a dar un paseo por los alrededores.

—No lo sé. Sé que es lo mejor para mi familia, pero no sé si es lo mejor para mí.

—Siempre hay otra salida, Rose.

—Por desgracia, en este caso, no la hay, Elle. O me caso antes de que termine la temporada, o mi título pasará a mi primo.

—¿Qué?

—El título de mis padres pasa a mí por ser la mayor. Pero si no me caso esta temporada, mi primo Edward lo heredará. Y mis padres lo perderán todo.

—¿Y mis hermanos?

—¿Qué pasa con tus hermanos?

—Venga, Rose. Todos lo vemos. Os queréis. ¿Por qué no ellos?

—Tus hermanos no me lo han pedido, Elle. Y yo no puedo hacer nada. Lo siento mucho, pero esta no es mi decisión. Y tampoco la tuya. —Cortó al ver como la morena iba a rebatirle. —Me casaré en dos semanas. Ya lo han decidido.

—Está bien.

                                                                                            ⚜️

—¿Dónde estabas? — Daphne preguntó en cuánto Eloise entró a la sala principal.

—Hablando con Rosalyn. —Vió como esas tres palabras captaron la atención de sus hermanos mayores en segundos. —No sabe si quiere casarse. Pero lo hará. Su título corre peligro.

—Su primo lo heredará. —Colin explica.

—¿Lo sabías? —La pregunta de Benedict se oye por toda la sala. —¿Por qué no lo dijiste?

—¿Hubiera cambiado algo que lo supierais? ¿Alguno le hubiera propuesto matrimonio?

Al ver las negativas de sus hermanos, asintió.

—¿Cuándo es la boda, Elle?

—En dos semanas. Lord Phillips emprenderá un viaje después y no puede atrasarlo.

Anthony fijó su mirada en Daphne, quién negó con la cabeza, sabiendo la idea que estaba teniendo su hermano.

—Ni lo pienses. ¡Anthony!

                                                                                            ⚜️

—Rose. —Llamó el chico nada más entrar al patio de la casa de la chica. Ella se giró a mirarle, aún con un boceto entre las manos.

—Anthony.

—No te cases.

La peliblanca rodó los ojos, cansada de la situación.

—Tu hermano dijo ayer lo mismo. Y lo ignoré. Así que dime, ¿por qué debería hacerte caso a ti?

—Cásate conmigo.

—¿Qué? —Creyó haber oído mal.

—Que te cases conmigo, Rose.

—Anthony...

—Te lo digo enserio. Yo... no puedo dejar de pensar en cómo debí habértelo pedido antes y por qué no lo hice.

—No puedes hacer esto.

—¿Por qué?

—No puedes decirme esto cuando me voy a casar. No es justo.

—Es la verdad.

—Llevamos años juntos, Anthony. Años. Y en todo este tiempo, jamás has dicho nada. ¿Por qué ahora?

—Porque no soporto la idea de perderte, Rose. No puedo. Y sé que él no te va a hacer feliz. Seamos sinceros. Estará de viaje todo el tiempo, no pasaréis tiempo juntos, ese no es tu sueño, Rose.

—No todos los sueños se cumplen, Anthony. Los míos por lo menos no.

—Cásate conmigo. —Repite, ahora arrodillado. —Prometo hacerte feliz. Prometo enmendar todos mis errores. Y prometo jamás dejarte caer.

Aquellas últimas palabras llevaron a la peliblanca a recordar cuando eran pequeños, y él le hizo esa misma promesa.

—Me caeré por tu culpa, Anth. Y me enfadaré, te lo aseguro.

—No te vas a caer, Rose.

—¿Me lo prometes? —La inseguridad de una pequeña Rosalyn salió a relucir por primera vez.

Anthony sonrió con cariño.

—Jamás te dejaría caer, Rose. Te lo prometo.

—¿Rose?

—Me arrepentiré de esto. —Susurró. —Vale. Acepto.

Ambos sonríen como niños, fundiéndose en un tierno y cariñoso abrazo lleno de alegría y emoción. Cuando se separan, Rosalyn hace una mueca.

—Tengo que ir a decirle a Lord Phillips que no nos casamos.

—Iré contigo.

—No lo harás. Correrán rumores entonces.

—Te esperaré en el carruaje.

Unos segundos de silencio, en los que ambos eran incapaces de dejar de sonreír.

—Nos vamos a casar.

—Nos vamos a casar. —Asegura.

Born To Be Royal | Los BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora