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Por la mañana y aun que no quisiera levantarse de la cama, Flex tenia trabajo por hacer. Tenia definido ya un horario coordinado por Alan, debía cumplirlo, pero ¿le importaba? no mucho, de todas formas terminó de pie en la habitación, ya que antes de cualquier cosa, tenia en mente ir a un lugar antes de dirigirse al trabajo y ese lugar era el árbol del polvillo, lugar que visualizo la primera vez que abrió los ojos y fue recibido por todos. No lo iba a negar, ese día se sintió alguien importante, como un rey.
El peli celeste lo que deseaba esta mañana era estrenar un pequeño bolso de mano, claramente no era cualquier bolso, este mismo lo realizo con sus propias manos y estaba orgulloso del resultado, lo hizo especialmente para almacenar algo de polvo de hadas para usarlo ante cualquier emergencia, todas las hadas tenían uno. Asi fue como al llegar al lugar, se acercó directamente al polvillo que caía como una cascada desde la copa del árbol, pero fue detenido por una voz que lo alertó a lo lejos.

— Hey ¿Qué crees que haces?

Flex se asustó por un momento, pero al voltear solo se topó con una hada que se acercaba a el junto a un arándano que cargaba en mano, o bueno, ambas manos. Fácilmente el peli celeste pudo reconocerlo, era el mismo chico, que por cierto, le roseo algo de polvillo en su primer día, del mismo polvillo que le permitió abrir sus ojos en vida, el mismo que también le dio facilidad para volar.

— Ah... pensaba tomar algo de polvillo ¿Esta mal?

— No es que este mal, es solo que yo soy el encargado de ello y tengo las manos especializadas — mantuvo silencio — para el manejo de polvo de hadas claramente — dijo burlón.

— Eso quiere decir... ¿Qué no cualquier hada puede tocarlo?

— jaja no, cualquiera puede hacerlo, no es como que fuera venenoso o algo asi, es solo que ese es mi deber y los deberes de cualquier hada se respetan

— ...ajá

— Asi no se puede ir a comer a gusto — le dio una mordida a su arándano — por cierto, soy Silvio

— Ah, pues yo...

— Eres Flex, lo sé, yo te vi nacer

Y aun que sonara raro, no era mentira.

— Si... te me hacías algo conocido

— ¡Claro! todas las hadas me conocen, no es novedad. En fin ¿Venias por polvo, no?

— Si, me dijeron que era bueno traerlo encima en caso de emergencias

— Lo supuse, todas las hadas novatas vienen con la misma historia, desde ahora recuerda que si necesitas de polvillo tendrás que buscarme personalmente ¿entendido?

— Si, fuerte y claro

Flex entregó su bolso a su contrario quien al poco tiempo fue a rellenarlo de polvillo y nuevamente entregándoselo en sus manos.

— Gracias por venir

— Espera — Interfirió una voz femenina.

Una cantidad de polvillo se desplazaba por los aires en forma de ráfagas de viento que al posar con la gran rama del árbol, pudo volver a su forma original.

— ¡Linda! — procedió a hacer una reverencia — ¿ocurre algo mi reina? — preguntó Silvio, quien al notar que Flex no había hecho ningún saludo, le soltó un codazo.

— Auch... — se quejó, captando la indirecta y posicionándose como su compañero.

— Flex — continuó la chica — ¿Cómo te ha ido el día de ayer?

— Ah, bueno... diría que bien, no me quejo — se sobó la nuca.

— Me parece excelente, espero te adaptes bien al trabajo, además... aun te queda un deber que realizar, es muy importante y será en la próxima luna llena

Dulce "Vindicta" || FLEXKATO ᡣ⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora