Capitulo 10

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Desafíos del Día a Día

Después del picnic en el jardín, Mike y Kate se sumergieron en la rutina diaria de la vida juntos. Cada día traía consigo nuevos desafíos y descubrimientos, fortaleciendo aún más su vínculo y amor mutuo.

Mike se había instalado temporalmente en casa de Kate para poder cuidar de ella durante su recuperación. Se adaptaron rápidamente a compartir espacios, momentos y responsabilidades. Para Mike, cada día era una oportunidad para demostrar su amor y apoyo a Kate, quien, a su vez, encontraba en él una fuente constante de alegría y esperanza.

Una mañana, mientras desayunaban juntos en la cocina, Kate miró a Mike con una expresión pensativa.

―Mike, ¿alguna vez te has preguntado por qué nos encontramos en aquel sueño antes de que todo esto sucediera? ―preguntó Kate, recordando los días en el hospital cuando su conexión había comenzado en el jardín del sueño.

Mike se detuvo un momento, reflexionando sobre la pregunta de Kate. ―Sí, lo he pensado. A veces siento que nuestro encuentro en el sueño fue como una premonición de que nuestras vidas estaban destinadas a cruzarse de alguna manera. Como si el universo estuviera diciéndonos que debíamos estar juntos ―respondió con sinceridad, su mirada encontrando la de Kate con cariño.

Kate sonrió, sintiendo cómo su corazón se aceleraba ante las palabras reconfortantes de Mike. ―Creo que tienes razón. Ese sueño fue como una señal para mí también, de que no estaba sola en este mundo y que había alguien ahí fuera que me entendería más de lo que yo misma podría entenderme ―confesó, dejando que sus pensamientos y sentimientos se entrelazaran con los de Mike.

Después del desayuno, Mike ayudó a Kate a dar un paseo por el vecindario. Caminaron lentamente por las calles tranquilas, disfrutando del sol de la mañana y la brisa suave que acariciaba sus rostros.

―Me siento tan afortunado de tenerte aquí conmigo, Kate ―comentó Mike mientras caminaban, su mano descansando suavemente sobre el hombro de Kate.

Kate asintió, mirando a Mike con gratitud. ―Y yo de tenerte a ti. Has hecho todo esto mucho más fácil para mí, Mike. No sé qué habría hecho sin tu apoyo constante ―respondió sinceramente, recordando los días difíciles en el hospital y cómo Mike había estado a su lado en cada momento.

A medida que pasaban los días, Mike y Kate encontraron consuelo y fortaleza en su relación. Se apoyaban mutuamente en los momentos buenos y difíciles, encontrando en su amor una fuente de renovada esperanza y alegría.

Una tarde, Mike sorprendió a Kate con una visita al parque local. Había preparado un picnic con todos sus bocadillos favoritos y una manta para que pudieran sentarse juntos bajo la sombra de un gran árbol.

―¿Cómo te sientes hoy, Kate? ―preguntó Mike mientras extendía la manta en el césped, su mirada preocupada pero amorosa.

Kate sonrió, sintiéndose abrumada por el gesto dulce de Mike. ―Me siento bien, Mike. Contigo a mi lado, todo se siente mejor ―respondió con sinceridad, ayudando a Mike a colocar la cesta de picnic en el centro de la manta.

Durante el picnic, compartieron risas y conversaciones profundas. Mike le contó a Kate sobre sus planes para el futuro y cómo imaginaba que sería su vida juntos. Kate escuchaba con atención, sintiéndose cada vez más segura de que Mike era el hombre con el que quería compartir su vida.

Al final del día, cuando el sol comenzó a ponerse en el horizonte, Mike tomó la mano de Kate con suavidad.

―Kate, hay algo que quiero decirte ―comenzó Mike, su voz llena de emoción y seriedad.

Kate lo miró expectante, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho.

―Estar contigo estos últimos días ha sido lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Eres mi luz en la oscuridad, mi fuerza cuando me siento débil. Quiero estar contigo, Kate, por el resto de nuestras vidas ―declaró Mike con sinceridad, sus ojos buscando los de Kate con determinación.

Kate sintió cómo las lágrimas llenaban sus ojos ante las palabras apasionadas de Mike. ―Yo también quiero eso, Mike. Quiero un futuro contigo, donde podamos enfrentar todo juntos, superando cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino ―respondió con voz emocionada, sabiendo que estaba tomando la decisión correcta.

Mike sonrió ampliamente, sintiendo una oleada de alegría y alivio. Se inclinó hacia Kate y la besó suavemente, sellando su compromiso mutuo con ese gesto de amor y promesa.

Juntos, bajo el cielo dorado del atardecer, Mike y Kate abrazaron el futuro con esperanza y amor, sabiendo que estaban destinados a estar juntos, sin importar lo que el destino les deparara. 

Un amor en sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora