Capítulo 8

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Penelope se encontraba en su habitación, ante el espejo de su tocador, mientras su fiel doncella Rae la ayudaba a prepararse para la invitación a la casa de los Bridgerton. El sol de la tarde se filtraba a través de las cortinas de encaje, llenando la estancia con una luz cálida y dorada que realzaba el tono rosado de las paredes y los delicados bordados de las cortinas.

Habían pasado varios días desde aquella noche memorable en el jardín trasero de la casa de los Featherington, cuando Colin Bridgerton había acudido a pedirle perdón. La escena seguía fresca en la mente de la señorita Featherington: la sinceridad en los ojos de Colin, su voz quebrada por la emoción y la inesperada oferta que le hizo. El señor Bridgerton había prometido presentarle a Lord Debling, un amigo que había conocido en una de sus expediciones. Pero más allá de la oferta, fue la dulzura de su presencia lo que la conmovió profundamente y la llevó a aceptar sus disculpas.

Rae, con sus manos expertas, terminaba de ondular el cabello de Penelope con esmero. La joven doncella había trabajado para los Featherington durante años y conocía cada uno de los gustos y caprichos de la jovencita a la que debía servir. Hoy, la peinaba con especial dedicación, sabiendo lo importante que era esta visita.

— Señorita, su cabello luce exquisito —comentó Rae, sujetando la última horquilla con destreza—. Lord Debling se quedará sin aliento.

Penelope sonrió, aunque un leve rubor coloreó sus mejillas al recordar el nombre de su buen amigo. Había algo reconfortante en saber que lo vería de nuevo, aunque sus pensamientos estaban ahora divididos entre él y la curiosidad por conocer a Lord Debling.

—Gracias, Rae —respondió ella, mirando su reflejo con aprobación—. Espero causar una buena impresión.

Su doncella asintió con un gesto de complicidad mientras se inclinaba para recoger el vestido que había preparado cuidadosamente. Era un elegante conjunto en tonos azul cielo y blanco, sencillo pero con detalles refinados que destacaban la belleza natural de Penelope. La joven doncella la ayudó a vestirse, ajustando los lazos y alisando las arrugas con manos hábiles.

— Estoy segura de que así será, señorita. Usted siempre causa una buena impresión —dijo Rae con una sonrisa alentadora.

Penelope se levantó y se dirigió hacia el espejo de cuerpo entero para una última revisión. Observó con detenimiento el vestido, su peinado y el suave maquillaje que Rae había aplicado. Cada detalle estaba en su lugar, y se sintió preparada para la ocasión.

— Muy bien, Rae, creo que estamos listas —dijo ella con determinación.

Rae asintió, complacida con el resultado. Abrió la puerta del vestidor, permitiendo que Penelope saliera con gracia. Mientras bajaban las escaleras de la casa Featherington, la tercera hermana no pudo evitar sentir una mezcla de nervios y emoción. La invitación a los Bridgerton era un evento significativo, no solo por la posibilidad de reencontrarse con Colin y conocer a Lord Debling, sino también porque marcaba un nuevo capítulo en su vida.

Al llegar al pie de las escaleras, Penelope tomó un profundo respiro y se volvió hacia Rae.

— Gracias por todo, Rae. No sé qué haría sin ti.

— Es un honor servirle, señorita —respondió Rae con una inclinación de cabeza.

Con una última sonrisa de agradecimiento, la joven salió de la casa y se dirigió hacia la calesa que la llevaría a la residencia Bridgerton. La tarde prometía ser interesante, llena de conversaciones y quizás, nuevas oportunidades. Mientras el carruaje avanzaba por las calles de Londres, Penelope no pudo evitar sentir una chispa de esperanza en su corazón. Tal vez, solo tal vez, esta invitación sería el inicio de algo maravilloso.

Cazando a Lady Whistledown. (#PolinFanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora