harry[18] draco[18]
Todos estaban a la expectativa de la nueva relación de Harry Potter y Cedric Diggory.
Lejos de poner su atención en el torneo de los tres magos, toda la escuela se encontraba hablando en cualquier lugar al que iba sobre el noviazgo recientemente confirmado por ambos.
Draco estaba harto de escuchar a las personas hablar sobre eso en cada pasillo, espacio, o clase a la que iba.
A sus amigos les resultaba extraño los sonidos de molestia que hacía cada vez que sacaban el tema. Ya que Harry Potter siempre había sido el tema favorito de conversación de Draco, pero ahora parecía irritarlo.
Se encontraba en la sala común de Slytherin junto a sus amigos, previo al baile. Ya estaba vestido con el costoso traje que su madre le había enviado, aburrido y algo enojado porque Pansy y Goyle habían vuelto a sacar el tema en cuestión. Hizo oídos sordos por un momento, poniendo sus ojos en blanco y haciendo una mueca para mirar hacia otro lado, fingiendo desinterés. Pero un dato que Pansy había largado al aire hizo que volviera a poner su atención en la conversación.
- No me jodas. ¿De verdad lo engaña? Pero sí tan sólo salen hace un mes. Pensé que Diggory era un buen novio. - Dijo Goyle con burla.
- Lo sé. Pero el parecer Cedric no puede dejar de ser un maldito mujeriego. Es una lástima por Potter, pero yo me voy a aprovechar de eso. - La pelinegra habló con picardía y luego miró al rubio, que los miraba atentamente, asombrado. - ¿Que? ¿Por fin te diviertes con la desgracia ajena?
Draco la miró por un segundo, procesando la información. La felicidad y alivio que no sentía hace mucho habían vuelto. Encontró por fin una forma nueva de molestar al pelinegro, que desde que salía con el idiota de Diggory, no dejaba de sonreír. Odiaba eso. Extrañaba captar su atención, molestarlo, y enojarlo. Pero desde hace exactamente un mes que sus intentos por hacerlo no funcionaban. Sonrió con maldad y se levantó, mirando a ambos. Finalmente habló:
- Hasta que dicen algo interesante. Será una noche divertida.
Una vez en el baile, vio cómo todos los estudiantes se acomodaron cerca del centro de la pista para recibir la apertura.
Draco había llegado hace minutos junto a sus amigos. Una vez ahí buscó interesadamente a Harry, pero sus intentos por encontrarlo fracasaron.
Se había resignado y sentado en una de las sillas, sin siquiera pararse a ver lo que sería la tonta apertura de esa noche, pero sus ojos se iluminaron al ver cómo Harry ingresaba junto a los demás jugadores del torneo de los tres magos. El pelinegro iba agarrado del brazo de Cedric, sonriendo incómodo mientras todos aplaudían. Se levantó rápidamente y trató de acercarse al centro para verlo, empujando sin vergüenza a los estudiantes que se encontraban por delante suyo, recibiendo varias quejas que ignoró.
Una vez empezó a sonar la suave canción del vals, vio como las tres parejas empezaban a bailar de forma torpe por todo el lugar. Su foco de atención se centró en Harry, que mantenía un semblante algo triste. ¿Acaso ya lo sabía todo? Una extraña sensación lo invadió. Le encantaba ver a Harry enojado, pero jamás lo había visto triste. Hizo una pequeña mueca, no muy conforme con la sensación. Su atención se fijó en Cedric, que sonreía sin más, intercambiando miradas con todas las personas del lugar.
- Idiota. - Susurró y se sorprendió a si mismo por eso.
La música terminó y empezó otra, y muchos estudiantes se acercaron al centro con sus parejas para seguir con el vals.
Se alejó un poco, desinteresado, y caminó a una de las esquinas en busca de algo para tomar. Vio un recipiente repleto de un extraño líquido rojizo y sacó su varita, mirando un momento a los costados para chequear que nadie lo viera, y lo transformó fácilmente en vino. Un hechizo que practicaba frecuentemente en su mansión.
Se sirvió en una de las copas y empezó a tomar. Eso hizo durante el resto de la noche, resignado porque su plan de molestar a Harry se había echado a perder.
