Pre Canon

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Hace 11 años

-Carajo- maldijo el caballero de cáncer, quien acaba de llegar al Santuario tras regresar de una misión- me descuide- confeso para si mismo mientras luchaba por mantenerse de pie.

¿Cómo pudo ser tan idiota? ¿cómo permitió que esto pasara?

Unas gotas de sangre salpicaron el suelo.

-Debo llegar a mi templo antes de que alguien me vea- pensó el cangrejo para si mismo mientras caminaba lo mas rápido que sus heridas le permitían.

No se suponía que esto pasara.

Era una misión fácil, entonces ¿por qué pasó esto?

Lo mas extraño, al menos para alguien que no es DeathMask, es que la prioridad no era atender sus heridas, sino evitar que sus compañeros lo vean de esa forma tan patética.

El solo pensar el rostro de burla, desprecio y decepción sus camaradas lo enfermaba mas que sus heridas o la clara perdida de su ojo.

-Ese maldito bastardo- murmuro lleno de ira.

Estaba tan metido en sus pensamientos que no se fijo en una saliente que lo hizo tropezar y caer de cara contra el suelo.

-Maldición- farfullo el hombre cada vez mas desesperado por salir del camino a la vista de todos.

Intentó levantarse, pero no pudo.

Sus piernas temblaban y sus brazos no respondían como quería.

-Debo irme, debo levantarme- se dijo mentalmente una y otra vez para obligarse a seguir adelante.

Tanto fue el esfuerzo, que su viste empezó a nublarse por momentos y un zumbido molesto inundo sus oídos.

-Ya basta, ya basta- dijo frustrado por no poder estabilizarse.

Se agarró la cara y la apretó molesto. Ya no quería sentir esa molestia, ese dolor. Que fastidio.

-Death- escucho que lo llamaban.

-No, no, no, esto era malo, muy malo- pensó entrando en pánico.

Un cumulo de emociones se arremolino en su mente. Tenía que irse, tenía que desaparecer, tenía que...tenía que...

Una figura oscura se abalanzo sobre DeathMask.

No pudo reconocerlo a simple vista debido a su visión borrosa, tampoco pudo hacerlo con la voz por ese pitido.

Sus instintos le decían que atacara.

Eso le dio suficiente fuerza para levantarse, al menos poder erguirse lo suficiente para sentarse en el suelo y poder defenderse un poco.

La figura entonces tambien se movió. No parecía querer agrandar la distancia entre ambos, por el contrario, buscaba acercarse lo mas posible a Death.

-Aléjate- grito sin pesar, casi asemejándose a un intento desesperado de un animal herido que incluso con la muerte en frente de él aún usaba su ultimo aliento para pelear.

La figura se acercó más.

Por un instante. Death creyó saber quien era y su corazón salto de puro terror.

Al menos, hasta que la figura se volvió mas definida.

-¿Aioros?- susurro en tono difícil de descifrar. Lo mas cercano a una descripción era entre sorpresa, culpa, miedo y alivio.

-Death ¿estas bien?- pudo escuchar mejor.

-Oh, solo eres tú- soltó con cierto alivio y decepción.

Leyend of Santuary week 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora