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Sábado por la noche, momento de la semana en que parecía existir la regla de salir a una fiesta. O así era para la mayoría, ya que había jóvenes que no tenían permitido hacerlo, sí, sus padres eran estrictos.

El reloj en la pared marcaba las ocho, y Sunghoon estaba terminando de alistarse para salir. Arregló su cabello largo peinándolo hacia un lado, se colocó perfume y tomó una de sus varias chaquetas de cuero. Realmente no tardaba mucho tiempo en arreglar su aspecto, pues ponerse cadenas en el cinturón y acomodar las piezas en sus perforaciones no era trabajo complicado.

Escuchó pasos hacia su habitación mientras guardaba su juego de llaves y una cajetilla de cigarros con la mitad de su contenido. Supo que era su madre, pero ya era tarde para reclamos, él ya estaba listo para irse.

—¿A dónde crees que vas?—preguntó la mujer desde la puerta, con una mueca y tono de voz claramente molestos.

—A una fiesta.—respondió sin verla—Le dije a papá, y él dijo que estaba bien.

—¿Y yo qué?, debes hablar con ambos, no sólo con él.—se cruzó de brazos.

—Vamos, tengo más de veinte años, creo que tengo edad para decidir a quien pedirle permiso al menos.—bufó y salió de la habitación, pasando de largo a su madre.

Salió rápidamente de su casa, no quería tener aquella discusión de nuevo. Ésa en donde su madre lo intentaba tratar como si aún tuviera diez años, y donde su padre sólo suspiraba pesado y decía "ya déjalo en paz, es un adulto". Todo mientras Sunghoon suspiraba con cansancio y hacía muecas torcidas.

Caminó algunas cuadras, hasta que llegó a la casa donde sería el "evento". Según tenía entendido, al menos la mitad de la Universidad estaría allí, y no acabaría nada temprano. Ni siquiera conocía al anfitrión desafortunado que había prestado el lugar, pero aquella persona no debió correr la voz como "las puertas están abiertas para todo el mundo".

Justo al llegar fue recibido por varias chicas porristas, quienes casi de inmediato se abalanzaron sobre él entre risitas nerviosas y poses "coquetas". A Sunghoon no le gustaba éso, de hecho, no le agradaba siquiera el contacto físico.

—¿Me dejan pasar por favor?—habló serio, intentando caminar.

—¡Fuera, dispersense! —apareció el mejor amigo de Sunghoon, ahuyentando a sus admiradoras con pequeños empujones.

—Gracias Hee.—suspiró aliviado de poder respirar.

—En serio, deberías considerar contratar guardaespaldas.—bromeó y ambos chocaron las manos como saludo.

—Son lindas, pero me sofocan.—admitió mientras ambos caminaban a la gran casa iluminada.

—Además de amargado, ciego.—bufó—Se nota que no las has analizado bien, de las cinco, cuatro son difíciles de ver.

—Ya cállate.—rieron.

Lee Heeseung era el mejor amigo, y prácticamente el único amigo, de Sunghoon. Compartía muchos gustos en común él, así que no les fue complicado llevarse bien en poco tiempo. De hecho, Heeseung había sido quien le dio la invitación para aquella fiesta, pues no quería aburrirse entre el mar de gente solo.

Además, tenía una pequeña sorpresa preparada para Sunghoon. Una que seguramente no le gustaría del todo, pero en fin, "ya me lo agradecerá después" pensó.

Entraron, siendo recibidos con el estridente ruido de Enter Sandman llegando al segundo verso.

Por primera vez, Sunghoon sonrió al escuchar ésa música, pues casi siempre las fiestas a las que asistía resonaban en canciones pop.

—¿Quien es el DJ?, debo felicitarlo.—comentó moviendo sus dedos como si tocara la guitarra.

—Que bueno que preguntas, te lo presentaré.—lo tomó del brazo, arrastrándolo entre las personas que bailaban sin parar.

—No, hey, era una pregunta retórica.—se quejó caminando y tropezando—No quiero conocer a nadie.

—Mala suerte, lo harás porque yo lo digo.—con el coro "exit light, enter night" ambos chicos llegaron hasta una pequeña tarima de madera.

Era una especie de escenario improvisado, con varias bocinas de tamaño considerable, una mezcladora, el control para las luces de colores que inundaban la estancia, y allí se hallaba un chico vestido con ropas coloridas sosteniendo un audífono sobre su oreja, y bailando al ritmo de la música.

—¡Seungie!, creí que no vendrías.—saludó apenas lo vió.

—Por supuesto que vendría Wonnie.—respondió con una sonrisa, a lo que Sunghoon bufó extrañado.

—Vaya, ¿desde cuándo eres sociable y sonríes sin estar ebrio?—comentó burlón.

—Desde que yo le hablé.—contestó el chico DJ.

—Jungwon, él es Sunghoon, de quien te conté.—el mencionado dejó el disco corriendo y se acercó más a ambos.

—Ah, el que tendrá su cita sorpresa hoy.—sonrió ampliamente—Soy Yang Jungwon, un gusto.—extendió su mano, siendo correspondido.

—Soy Park Sun... Espera, ¿dijiste cita?—arqueó una ceja.

—Heeseung no te dijo, ¿o me equivoco?—negó— Él me platicó lo poco sociable que eres y...

—Gracias por la buena presentación Lee.—interrumpió.

—Y, pensamos que tal vez podrías conocer a mi amigo hoy.—prosiguió animado—Llegará en un momento, seguro se llevarán genial.

—Sí claro.—rodó los ojos—Supongo que no tengo opción.

—Ya ya dramático, necesitas hablar con la gente y dejar un poco tus cigarros y discos.—rieron.

—Yo soy feliz con éso.—se cruzó de brazos.

Jungwon volvió a su mezcladora, ya que debía iniciar con, valga la redundancia, mezclas reales.

Mientras los chicos vestidos de negro salían al patio trasero del lugar para tomar aire fresco.

—Así que ahora eres amigo de un fresa.—dijo en tono burlón.

—Ash, y ahí vas.—bufó—Es un chico lindo, y lo creas o no, tenemos cosas en común.

—Lo único en común que les veo es que ambos se rien como tarados. —recibió un ligero golpe en el brazo.

—Calla, no porque use camisetas coloridas significa que es totalmente diferente a mi.—explicó riendo un poco.

—Diría una objeción, pero mi boca ya pide cerrarse con un cigarro en ella.—se recargaron en una pared cercana, y Sunghoon sacó su cajetilla medio llena.

La noche era joven, y Sunghoon ya había tenido más de una emoción rara. Casi discutió con su madre, nuevamente. Las porristas por poco y lo sofocan con sus perfumes mezclados en el aire. El mar de gente estuvo a punto de tragarlo. Heeseung y ése tal Jungwon le habían hecho una cita a ciegas. En fin, él vivía en cámara rápida.

"Y yo sólo venía a beber un rato" pensó el peli negro exhalando el humo de su tabaco.

Falling For You || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora