004

58 12 5
                                    

Los rayos del sol pegaron de lleno sobre la cara de Sunoo, haciéndolo reaccionar lentamente. Con pesadez abrió los ojos, bostezando en el acto y parpadeando varias veces hasta acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana.

No tardó tanto en darse cuenta que no se encontraba en su habitación, sino que lo recibió la vista de paredes amarillas junto con cassettes regados por doquier y un disco puesto en el tocadiscos. Era un cuarto que había visitado incontables veces, pero ahora le daba algo de vergüenza ver al dueño.

—Sunoo, al fin despiertas.—entró Jungwon, con un té de manzanilla en la mano.

—Si... ¿Qué hora es?...—preguntó adormilado restregando sus ojos.

—Casi las doce.—se sentó a su lado y le extendió la taza, él la recibió—Te dejé dormir más porque ayer te veías fatal.

En efecto, ésa era la razón por la que tenía pena de haber despertado allí, pues él no era un chico que bebiera tanta cantidad de alcohol, más bien la fiesta lo había sobrepasado en demasía. Le pesaban los párpados, tenía dolor en las piernas y pies, además de sentir que su cabeza reventaría en cualquier momento.

—¿Cuánto bebí, sabes?—se incorporó de mejor forma para comenzar a tomar el té.

—Ni idea, pero Jay me dijo que no habías parado de pedirle tragos en un buen rato, así que supongo que fueron... ¿Dos botellas tal vez?—hizo una mueca pensativa—Ah, y mencionó que los pediste con muy poco refresco.

—Oh Dios... Éso es mucho alcohol...—suspiró.

—No habias bebido así jamás.—rió leve—Se te subió la fiesta muy rápido.

—Si, lo lamento.—soltó una pequeña risa—Ni siquiera recuerdo como llegué aquí.

—Quizá pueda ayudarte con tu carrete de memoria, ¿hasta qué parte te acuerdas?— preguntó curioso.

—Pues... Lo último que tengo claro es que estaba con... Sunghoon, en la barra, bebiendo y hablando con Jay.—respondió—De allí todo empieza a ser borroso.

—Vaya, olvidaste prácticamente toda la fiesta.—rió—Yo no te ví mucho hasta la media noche, antes de que vinieras conmigo tambaleando como ciervo en hielo.

—¿Y no sabes qué estuve haciendo con ése tipo?—cuestionó acabando la bebida caliente.

—No, la verdad no, sólo logré ver que bailaste un poco con él, pero honestamente los perdí de vista rápido.—Sunoo sintió sus mejillas arder.

—Ay no puede ser... ¿En serio bailé con un delincuente?, Jesús bendito...—sacudió la cabeza en negación, pues no lograba comprender si era cierto o no.

—Relájate, no es malo.—sonrió—Por cierto, ¿se llevaron bien?

—Digamos que sí... Aunque, no me emociona la idea de volver a verlo.—admitió—Sería mejor mantener nuestra distancia de por vida.

—Diablos...—chasqueó la lengua.

—¿Qué?—ladeó la cabeza confundido por ése gesto

—Es que... Lo verás mañana.—bajó la mirada.

—¿¡Qué!? casi se atoró con su saliva.

—Es que verás, llamé a Seungie temprano, y como nos llevamos bastante bien decidimos salir mañana por un café.—explicó con algo de nervios—Y... Le dije que sería buena idea hacer una salida doble, con Sunghoon y tú.

—¡Jungwon, no me jodas!—se quejó con una expresión molesta—Tú te llevas bien con ésa gente, YO NO, me niego a ir, ya acepté una estúpida cita a ciegas, no accederé a ésto.

Falling For You || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora