Algunos sí obtenemos lo que queremos

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No van a tener otro capítulo de esta historia de mierda en meses así que disfrútenlo.

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Salió a la calle, con un perfil bajo y ojos que viajaban por todos lados, cosa que hizo que, al estar mirando hacia los techos de un edifico, se topara con otro demonio, un desconocido. El pobre parecía estar huyendo con especial apuro, contando con un rasguño muy reciente, de hace menos de un minuto, que atravesaba todo su rostro. Este solo lo miró por menos de un segundo y enseguida siguió corriendo hacia quién sabe donde.

Alastor lo observó escapar, antes de voltear al lugar de donde provino el que corría como fugitivo. Vox. Caminaba con aquél porte superior, arreglando las mangas de su traje mientras tría una cara de satisfacción. Alguien en deuda con él, seguramente, era quien huía. El de traje azulado se dió cuenta de la presencia del Demonio de la Radio y en cuanto este último notó su mirada plantada en él, ahora fastidiada por haberse posado en tal personaje, agudizó su sonrisa.

Continuó entonces caminando hacia donde sabía que sería la reunión a la que se dirigía, incapaz de aguantar la gracia que le provocó la falta de respuesta verbal del cabeza de televisor hacia el "Buenos días" que le dirigió, sustituida por un gruñido de odio, o simple rabia, emitido por este personaje.

- La reunión no es hacia allá, ¿O si? - Le preguntó el Demonio de la Radio mientras detuvo sus pasos para empezar su pequeña conversación con quien se considerababa a sí mismo como su rival, aunque para Alastor solo era otro estambre con que entretener a sus aburridas garras.

- No es tu problema si voy o no a la reunión - Le respondió con un tono irritado, que para Alastor ya era un tono común cuando se trataba  del Demonio de la TV.

- ¿Ah sí? Sería una lástima que no fueras, yo quisiera verte ahí.

- Y yo quisiera verte muerto, pero no todos obtenemos lo que queremos.

- ¡Qué rudo! - Fué lo último que respondió Alastor antes de seguir hacia donde se dirigía, sin mirar atrás, a donde estaba Vox. Vox, que aún lo veía con su expresión de odio profundo que reservaba solo para él, que se encontraba tan listo para empezar otra pelea; pero al demonio rojo no podía importarle menos.

- Bien - Suspiró cuando había llegado al área de encuentro de los Soberanos del Infierno, donde, como si fuera su intención hacer de este día uno aún mejor, también se encontraba su querida Rosie apunto de subir el elevador que llevaba a la sala donde la reunión se llevaría a cabo.

- ¡Mira quién está aquí! - Exclamó en voz alta el hombre, a lo que la que no podía evitar llevar un vestido más deslumbrante cada que hacía su aparición no se detuvo en demostrarle su emoción, apresurándose hacia él y envolviéndolo con sus delicados brazos cubiertos de elegante tela mientras lo saludaba con gusto.

Luego de esta cálida bienvenida otorgada por Rosie, ambos se dirigieron al ascensor que los llevaría a su final destino, del cual la mujer salió sabiendo toda la escena que Vox le acababa de hacer a Alastor, ambos riendo sobre la situación.

Ambos tomaron su habitual asiento en una sala que estaba más o menos vacía aún, uno al lado del otro, en los que siguieron hablando de cosas sin importancia y Alastor le recordó a su amiga el plan del cual ella le había hablado por teléfono, y ella se lo confirmó permitiéndole ver dentro de su vasta cartera, en la cual llevaba una botella de vino tinto.

- ¿Dónde la compraste? - Le preguntó en lo que ambos enderezaron su postura y empezaron a observaban a todos los que llegaban mientras seguían hablando, como dos gatos que se sentaban en un techo a inseminar de miedo a cualquiera que pasaba con sus ojos brillantes.

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⏰ Última actualización: Jul 13 ⏰

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Lucifer x AlastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora