III

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📍Buenos Aires/Rosario
1995





Estaba hace un mes en Buenos Aires y me encantaba, estaba tan acostumbrada a Tucuman, eran las mejores vacaciones que tuve.


Tampoco evitemos que es por lio, es muy buen amigo, me trata bien y es super atento conmigo, mis tías me hacen burla con el, pero no se yo soy muy chica para eso.

Ahora estábamos mis primos jugando a la pelota y yo como siempre sentada mirando todo porque no tengo idea de nada.

-algún día vas a jugar con nosotros?-pregunto lio llamando mi atención.


-nop, y tampoco pienso hacerlo-lo dije sin tomar importancia

Así pasaron mis vacaciones durante 3 meses, risas, familia,comidas de mi abuela,salidas,juegos y Lío.

Cuando llego el momento de despedirnos sentí que mi vida no iba a ser la misma en mi casa, esos veranos fueron los mejores de mi vida.
























































El sol de la tarde iluminaba el pequeño parque en Rosario donde Renatta y Lionel jugaban todos los días. Los árboles altos proyectaban sombras alargadas y el canto de los pájaros llenaba el aire con una melodía melancólica.

Renatta, con sus cabellos oscuros y ojos llenos de curiosidad, no dejaba de mirar a su amigo mientras pateaba el balón con una destreza que dejaba a todos asombrados.

Lionel, con solo ocho años, ya mostraba un talento que parecía casi irreal. Sus movimientos eran ágiles y precisos, como si el balón fuera una extensión de su cuerpo. Pero hoy, había algo diferente en el aire, una sensación de despedida que Renatta no podía ignorar.

Después de unos minutos de juego, Lionel se detuvo y miró a Renatta con una mezcla de tristeza y determinación en sus ojos.

—Renatta, tengo que decirte algo— dijo, su voz temblando ligeramente.

Ella se acercó, dejando el balón rodar hasta detenerse junto a ellos.

—¿Qué pasa, Lio?—preguntó, tratando de mantener la calma aunque su corazón latía con fuerza.

Antes de que Lionel pudiera responder, los primos de Renatta aparecieron corriendo desde el otro lado del parque.

—¡Renatta, tu novio está aquí otra vez!— gritó uno de ellos, riendo. —!No pueden separarse ni un momento!—

Renatta sintió cómo sus mejillas se ruborizaban y lanzó una mirada de reprobación a sus primos.

—¡Cállense!— les dijo, tratando de sonar firme. Pero la burla había sembrado una semilla de incomodidad entre ella y Lionel.

No era la primera vez que sus primos hacían comentarios así, y aunque Renatta siempre los negaba, había algo en esos sentimientos que resonaba en su corazón.

Lionel, tratando de ocultar su propia incomodidad, se rascó la nuca y miró al suelo.

—No les hagas caso,—dijo en voz baja. —Son solo unos tontos.—

Renatta asintió, tratando de volver a la conversación seria que estaban teniendo antes de ser interrumpidos.

—Entonces, ¿qué pasa, Lio?—

—Me voy a Barcelona...—dijo Lionel, sus palabras colgando en el aire como una sentencia.

—Han hablado con mis padres y quieren que vaya a jugar allí. Es una gran oportunidad, pero... no quiero dejarte.—dijo entristecido, cosa que me lo contagio a mi.

Renatta sintió un nudo formarse en su garganta. Sabía lo importante que era esta oportunidad para Lionel, pero la idea de perder a su mejor amigo era casi insoportable en estos tiempos.

—Barcelona está muy lejos—murmuró, mirando al suelo.

Lionel asintió, su expresión seria. —Lo sé, pero prometo que no olvidaré nuestros juegos aquí. Y te escribiré, Renatta, te contaré todo lo que pase.—

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Renatta. —Voy a extrañarte mucho, Lio,— dijo, su voz quebrada.
—Eres mi mejor amigo.—

Lionel dio un paso hacia adelante y la abrazó con fuerza. —Y tú eres mi mejor amiga. Nunca lo olvides.—

El sol comenzó a ocultarse, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rosados, mientras los dos amigos permanecían abrazados, sabiendo que este momento sería un recuerdo que atesorarían por el resto de sus vidas. Finalmente, Lionel se separó y le dio una sonrisa valiente.

—Nos veremos de nuevo, Renatta. Lo prometo.—

Renatta asintió, tratando de sonreír.
—Sí, Lio. Nos veremos de nuevo.—

Con un último vistazo, Lionel tomó su balón y se alejó, su figura pequeña desapareciendo lentamente en la distancia. Renatta lo observó hasta que ya no pudo verlo más, guardando en su corazón la esperanza de un reencuentro.

A medida que la noche caía y las luces del parque se encendían, Renatta se quedó sentada en el banco, recordando cada momento que había compartido con Lionel. Sus risas, sus juegos, y las miradas que compartían, que ahora entendía, quizás, significaban algo más que simple amistad.






















































HOLAAAAS VOLVII, sorry me re colgué, culpa de las vacaciones de invierno

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HOLAAAAS VOLVII, sorry me re colgué, culpa de las vacaciones de invierno...

Bueno espero que les super guste este cap porq de aquí empieza lo bueno 😉😉

Nos vimooos ♡♡

For me  || Lionel Messi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora