De entre todas la cosas que de ella esa tarde me enamoraron, sin duda hay una que me conquistó por completo.
Su locura, era la locura más bella que había visto en mi vida, la locura más hermosa que mis ojos habían contemplado jamás. Estaba terriblemente loca de amor, loca de ternura, loca de sentido.
Estaba loca y era solo mía, mi loca, mi loca sin razón, yo dueña de toda esa locura.
Era mi reina, mi loca y maravillosa reina, nuestra locura superaba los límites de nuestro amor.
Lo sigue estando, loca por vivir, loca por amar, loca por cuidarme, loca por su princesa.
Estaba loca joder, pero pensándolo bien, no existe otra loca que me vuelva loca a mí, que me hipnotice como solo ella sabe hacer, que me haga sentir de todo con una mirada, con una palabra, que se meta dentro de mi ser con soll una sonrisa.
Esa locura la hacía perfecta, perfecta para mí y ella se daba cuenta, cada locura la amaba más. Cada segundo que pasaba, crecía mi amor por esa locura, por esa locura de tía, por esa pasada de tía. Por ese sueño inalcanzable de que ella a mí me viera.
Estaba loca, está loca, estará loca y será mía, mi loca, mi reina, mi todo.
Gracias por amar mi locura cuando nadie más lo hizo, yo amaré la tuya sin límites y sin aviso.