Boom, boom, boom.
No sabía desde hace cuanto estaba escuchando los latidos de mi corazón en los oídos, ni siquiera soy consciente del caos que he formado. Después de lo que hice, incluso si doy mi cabeza como ofrenda para pedir perdón, sé que ninguna de las personas que se encuentran adentro de la sala de meditación me perdonaría.
Ni siquiera tenía permiso para poder salir de mi habitación.
La única respuesta que obtengo se reduce a un: «Hanguang-Jun es el único que puede decidir el castigo» por parte de los que se encontraban de alguna manera “custodiando” la habitación.
Gusu Lan estaba tan tranquila como siempre. Tan silenciosa que se sentía como si me estuvieran torturando intencionalmente. El ruido de mi cabeza explotaba todo el tiempo, reproduciendo las imágenes de cuando Hanguang-Jun huía con Wei Wuxian en brazos.—No.
El cabello en mi rostro estorbaba, las náuseas volvían y mientras restregaba mi cara una vez más, procedía a realizar un nuevo intento de salir de este lugar.
Necesitaba a Hanguang-Jun.Pero Hanguang-Jun no respondía a mi llamado.
No respondía a mi llanto.
Mucho menos a mi miedo.
Estaba solo.
Durante mucho tiempo, en los rincones de Gusu Lan, existía el rumor del niño correspondiente a un miembro legitimo del Clan Wen, que fue recogido después de la muerte de Wei Wuxian y la extinción del mismo pueblo que había formado este después de haberse “ido” de Yunmeng Jiang. Sin embargo, su mera existencia podría ser incluso falsa.
Sin embargo, Wei Wuxian no solamente había dejado un pequeño niño del Clan Wen. Wei Wuxian había dejado dos.
Y uno de esos era yo.—___ —una voz sonó desde la entrada.
Volteando totalmente asustado, observe al dueño de esa voz, la figura alta de Lan Xichen se encontraba cubriendo casi toda la puerta. Una expresión suave, con los labios en una pequeña curva casi inexistente.Boom, boom, boom.
Y nuevamente mi corazón explotaba dentro de mi pecho.
No pude evitar correr a los brazos de esta persona, quien me brindaba su calor, y acariciando mi pelo, su pecho silenciaba el llanto que traía aguantando. Lagrimas que salieron como si de una cascada fuera y mientras susurraba un suave “Shh” envolvió mi cuerpo en un abrazo completo.
Era demasiado triste reconocer que este era el peor momento en el que Zewu-Jun y yo podríamos coincidir. Sin embargo, era la primera persona que me brindaba algún tipo de encuentro que no se redujera a miradas furtivas.
Su cuerpo estaba helado. Las túnicas blancas parecían estar mojadas ligeramente, como si un rocío hubiera caído y ahora mojaban las mías. Sus manos no temblaron en ningún momento mientras repartían caricias reconfortantes. Sin embargo, su abrazo tan rápido como vino, se fue.
Las manos, igualmente heladas, se apoyaron sobre mis hombros y alejando mi cuerpo del suyo, Zewu-Jun me miró a los ojos. Se había inclinado ligeramente para colocarse a mi altura y apretando su agarre en mis hombros, habló:
—Wangji te mandó a llamar —murmuró —Necesita hablar contigo.
Si fuera posible, diría que mi corazón se detuvo en ese instante, y si Zewu-Jun estaba helado. Entonces yo me encontraba lo que siguiera a eso. Negué rápidamente con la cabeza mientras me quitaba su agarre.
—¡No quiero! —manifesté, mientras me alejaba de la entrada, podía sentir mis ojos hinchados y la incomodidad de mi nariz —¡Yo no quiero verlo!
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𝐒𝐀𝐕𝐀𝐆𝐄 | mo dao zu shi
FanfictionSVG | la persona que más temía en vida y cuyo nombre jamás esperaba escuchar en boca de nadie volvió para presentarse ante él, como si nada hubiera pasado... o en donde los muertos reviven. aún no hay horario ...