TERRENO PELIGROSO. [ J.JK + K.TH ] (ADAPTACIÓN)

CAPITULO 46

Muchas cosas están pasando por mi mente en estos momentos, él se va, se va lejos de mí, y eso no me parece, pero tampoco soy una persona egoísta, si Taehyung, se va es porque debe irse, su sueño es ser médico y yo no quiero ser un obstáculo, no quiero que abandone sus sueños, su futuro por mí, yo jamás me lo perdonaría, y aunque me duela, debo dejar que se vaya.

—Yo no voy a ir a la universidad —me dijo sollozando. Lo tomé del rostro y le di un pequeño beso en los labios.

—No, como... Ven cariño —lo tomé de la mano, lo llevé hasta la sala, nos sentamos en el sofá uno frente al otro, sus ojitos tristes me partían el alma.

—Escucha, tú no puedes dejar de ir a la universidad...

—Pero yo no quiero alejarme de ti.

—Y yo tampoco, pero, escucha ¿ya te disté cuenta de que universidad te aceptó? —sus ojitos cristalizados me miraban atentos —es Harvard, una de las mejores universidades del mundo y si te aceptaron es porque saben que estas listo para estar con ellos, porque saben de lo que eres capaz, saben que eres muy valioso y que mereces un lugar ahí.

—No te quiero dejar.

—Mi amor, tú siempre has querido esto y ahora que lo lograste no lo eches por la borda. Tu siempre has sido terco y te has esforzado, todo lo que se te mete en la cabeza no paras hasta hacerlo... Un claro ejemplo soy yo —ambos sonreímos —Tú me querías, tu querías que yo fuera... el primer hombre en tu vida, y yo siempre me hacia el difícil que, aunque lo deseaba también lo veía mal, pero fuiste terco y mírame ahora, soy un imbécil que esta más que enamorado del mejor hombre y persona del mundo, y estoy dispuesto a darlo todo por ti y no solo porque eres mi familia si no porque te convertiste en el hombre de mi vida.

—Pero ¿y nosotros?

—Yo puedo viajar constantemente a Massachusetts, y en las vacaciones tu estarás por acá, existe el teléfono celular, skype, el mail, cariño yo no te voy a dejar, pero tampoco voy a dejar que renuncies a lo que tú siempre has querido, y menos por mí.

—Jungkook, es que esto es tan difícil.

—Lo se mi vida, pero yo quiero lo mejor para ti, y lo mejor es que vayas a esa universidad y les demuestres el porque te ganaste ese lugar, serás un medico increíble.

—Te amo, Jungkook —se acurrucó en mi pecho, me abrazó con fuerza y yo de inmediato lo rodee con mis brazos, apoyé mi boca sobre su cabeza y mientras le daba suaves caricias la llenaba de besos tiernos, poco a poco se iba calmando, y me alegro de que ahora vea las cosas de otra forma.

—Recuerdo perfecto cuando estabas en la secundaria, llegaste triste y enojado porque una niña te había bajado al segundo lugar del grupo, tú siempre habías sido el de mejor promedio, pero esa vez no fue así. Fuiste muy claro y con todo tu coraje me dijiste que; tú volverías a ser el primer lugar, aunque fuera lo último que hicieras y lo lograste, volviste a ser el primer lugar de tu grupo y nunca más nadie pudo quitarte de ahí. Tú siempre has sido así, por favor no dejes de serlo, nunca.

—Te prometo que voy a echarle muchas ganas —volvió a sentarse y me miró, tomó mi rostro para besare mientras se subía a horcajadas sobre mí. Comenzó a mover las caderas excitándome y haciendo que mi amigo se pusiera duro.

—Cariño —le dije entre besos.

—Mmmmm —continuó besándome, y mordió mi labio haciéndome gemir.

—¿No prefieres cenar antes? —rompió con nuestro beso y se sacó la playera por encima de su cabeza.

—Esta vez quiero el postre antes que la cena —volvió a capturar mis labios.
Vaya giro que dio la situación, estaba triste, llorando y ahora está sobre de mi semidesnudo queriendo que hagamos el amor... eso me agrada. Mis manos fueron directo a sus pezones y comencé a acariciarlos y pellizcarlos, nuestra batalla de lenguas cada vez se intensificaba más, bajé mis manos hasta sus jeans y se los desabroché, metí mi mano por debajo de ellos y de su ropa interior su miembro, el cual ya goteaba, comencé a masajearlo, Taehyung, abandonó mis labios y echo su cabeza hacia atrás, estaba disfrutando de mi mano masturbándolo. Mientras mi otra mano continuaba pellizcando su pezón. Me acerqué a su cuello y lo acaricié con la nariz mientras la inundaba con su dulce aroma, saqué mi lengua y comencé a dibujar con ella en él, lo mordí con pasión y Tae gimió mientras ayudaba con sus caderas a mis movimientos con la mano.