CAPÍTULO 10: Clases de pociones

86 18 4
                                    







— Eki –habló Sebastian de pronto, haciéndola sobresaltar junto con Garreth. ¿Bromeaba? no habían pasado ni diez minutos desde que ambos se habían separado para desayunar. El pelirrojo rodó los ojos optando por ignorarlo.

— ¿mmm? –logró pronunciar con un pedazo de pan a medio masticar. había sido un milagro que no se hubiera atragantado.

— ¿Ya terminaste? –Eki volteo a ver su pedazo de pan para luego verlo a él dándole una expresión de obviedad– Ya, puedes comértelo en el camino.

Garreth soltó un resoplido molesto, cosa que Sebastian claramente ignoró.

— ¿Puedes esperar a que termine de desayunar? –esta vez había algo de frustración en su voz. El chasqueo la lengua.

— Es de mala educación hacer esperar a los demás. –Ahora fue Eki quien rodó los ojos y chasqueó, optando finalmente por levantarse, ganándose así un pequeño quejido por parte de su amigo. Sebastian sonrió de lado.

— ¿Nos vemos más al rato en la sala común? –preguntó Eki frunciendo el ceño cuando Sebastian le ofreció una mano para ayudarla a levantarse. Ella lo ignoró. Gareth asintió mientras tomaba el plato de comida de Eki, decidido a no desperdiciar su comida

⋆˖⁺‧₊☽◯☾₊‧⁺˖⋆

— ¿En la biblioteca? ¿Enserio? –preguntó Eki incrédula mientras caminaba por los pasillos tomando uno que otro libro sobre pociones– Cuando dijiste que querías que te ayudará, creí que te referías a la práctica.

— ¿Querías que nos escabulleramos en la mazmorra de tu hermano y jugaramos con sus juguetitos? –preguntó con una media sonrisa. Tuvo que estirar un poco el cuello para poder ver a Eki por encima de la montaña de libros que la chica iba apilando en sus manos.

— Solo digo que me sorprende haber pasado más de diez minutos contigo sin que mi integridad física o mi estancia en Hogwarts se vea comprometida –bromeó dándole una sonrisita burlona antes de apilar otro libro. Sebastian rodó los ojos divertido, apartando la mirada cuando sus ojos se encontraron con los de ella.

Eki noto como las mejillas de su amigo se teñían de rojo y aunque al inicio se le hizo extraño, decidió atribuirselo al esfuerzo que estaba haciendo por cargar tantos libros.

— La que nos mete en problemas eres tú, ¿Te recuerdo quien es la que tiene a Rookwood y a Ranrok pisándole los talones? –preguntó mientras la seguía a una de las mesas más cercanas. Eki rodó los ojos divertida prefiriendo no contestar– ¿Ya me vas a contar a qué se debe todo eso o prefieres dejarme en suspenso por el resto de mi vida?

— No seas dramático –contestó riendo sutilmente

— ¿Y al menos me dirás cómo te fue con tu hermano? Se veía molesto anoche.

Eki se quedó en silencio un par de segundos, meditando la respuesta antes de suspirar y volver a hablar. Después de todo, después de lo de anoche ella ya confiaba plenamente en Sebastian... aunque fuera de Slytherin.

— Me fue bien, pudo haberme ido peor –se pasó un mechón de cabello por detrás de la oreja antes de seguir hablando– Se enteró de lo del troll y... bueno, básicamente de todo. No sé –se precipitó a la pregunta de Sebastian sobre cómo se había enterado tan rápido– sin embargo, si me prohibió meterme en algún otro aprieto.

— No es que le vayas a hacer mucho caso en esa área en particular –bromeo Sebastian ganandose que eki le rodara los ojos aunque con una pequeña sonrisa divertida que no logró disimular.

— Bueno, si me sigo juntando contigo dudo poder cumplir con eso –bromeó dándole una rápida mirada antes de volver su vista a los libros– Entonces... ¿exactamente en qué quieres que te ayude?

𝐿𝒶 𝓢𝓮𝓻𝓹𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓎 𝑒𝓁 𝓛𝓮𝓸𝓷 || ᏚᎬᏴᎪᏚᎢᏆᎪN ᏚᎪᏞᏞᎾᏔ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora