Habían pasado ya unos 15 minutos, sin embargo, Amy aún luchaba por recuperar la compostura y dejar de llorar, pero era simplemente imposible, sentía un ardor inmenso en la garganta y su rostro ya estaba muy irritado por todas las lágrimas derramadas, y justo cuando estaba por calmarse, se acordó de su celular, el cual había sido lanzado lejos, esperaba encontrarlo intacto pues, aunque le diera vergüenza admitirlo, no era la primera vez que lo arrojaba por una rabieta, pero ella no era de las chicas que tenía tanta suerte. - Que horror, ¿Qué voy a hacer ahora?, soy una tonta. - se maldijo a sí misma con una voz débil al recoger el aparato y ver que la pantalla estaba rota.
- Se de un lugar que puede arreglarlo, no te preocupes, estará bien. - Le respondió Sonic esperando tranquilizar aunque sea una de sus penas; la primera solución (y la más obvia) era pedirle a Tails que lo arreglara, pero conocía a Amy, y sabía que no quería que sus amigos vieran ese pequeño problema, ya que eso implicaba preguntas, que llevaban a una respuesta que era aquello que ella no quería revelar, y él... estaba de acuerdo en ser su cómplice una vez más. - ¿Mejor? - Preguntó lentamente extendiéndole su pañoleta favorita para que secara los restos de lágrimas en su cara.
Ella aceptó de inmediato con ganas de limpiar su rostro puesto que las lágrimas no eran su único problema, pero después cayó en cuenta de lo que había pasado y no dudó en pedir una disculpa, ella no era de las personas que no controlaba sus emociones, pero ese chico, ese maldito chico le hacía explotar la cabeza de muchas maneras y era imposible evitar reaccionar así.
- No tengo palabras para agradecerte esto, Sonic, prometo lavarte esta y comprárte una nueva. - Le sonrió señalando su pañoleta café y doblandola delicadamente para que cupiera a la perfección en su bolsa.
- No tienes nada que agradecer, solo hice lo que cualquier amigo haría, no es nada. - Le respondió el erizo pasando un mechón de su cabello tras su oreja. - es más, todo estará olvidado si mañana me dejas acompañarte en tu pastelería, paso por ti a tu casa y nos vamos a dejar tu celular en la reparación antes de que vayamos allá, ¿Qué dices? - Preguntó con entusiasmo, ni él mismo sabía si era por qué moría por probar todas las delicias de las que sus amigos le estuvieron contando o era por que deseaba pasar y recuperar tiempo con ella (o quizá tenía una razón oculta, en el fondo, lo único que deseaba era tener un encuentro "accidental" con el causante del sufrimiento de la fémina). - Por favor, prometo portarme bien. - suplicó de rodillas con su característico "tono de berrinche" y esos bellos ojos de cachorrito que nadie podía ignorar, algo que hizo reír a Amelia, quien no dudo ni un segundo más en aceptar, sabía que solo le pedía eso para vigilarla, pero amaba tener la atención que el azulado le podía brindar, aunque aún le quedaba una duda... ¿Para qué más querría acompañarla todo el día?
Después de que la reunión terminara, ambos erizos, rosa y plateado, se encaminaron a la casa Rose, para después entrar e ir directo a las habitaciones; uno por estar agotado y con unos tragos de más en el organismo, y la otra porque su cabeza estaba a nada de estallar; las migrañas después de llorar eran más frecuentes, y a pesar de que se estaba acostumbrando a ellas, aún le era difícil existir con eso, por lo tanto su solución más viable era correr a la cama y perderse en el mundo de los sueños.
"Ding-dong", escuchó el timbre muy lejano en sus sueños, quería seguir sumergida en ese mundo puesto que seguía muy cansada, así que esperaría a que su amigo Silver se encargara de la puerta.
Ese fue al menos su primer pensamiento, después recordó su acuerdo de anoche con Sonic.
- ¿Amy?, sigue dormida, creí que después de lo de anoche se tomaría el día, creo que deberíamos despertarla. - escuchó desde abajo mientras se paraba de la cama de un salto, aún estando algo mareada por despertarse tan abruptamente.
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Receta De Felicidad (Entre Azul & Negro)
Fanfic1er título: Entre azul & negro ¿Qué sucede cuando te metes a la cuna del lobo? El amor puede ser un arma de doble filo. Eso descubrirá Amy Rose al darse cuenta que su bello cuento de hadas en realidad nunca existió. ● Los personajes no me pertenecen...