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La joven castaña entraba nerviosa al restaurante de su hermano. Allí, en una mesa con vista a la calle, la esperaban los gemelos. Sus nervios eran palpables. Vestía elegante, un atuendo acorde a su nuevo empleo de medio tiempo, ya que aún no había terminado la universidad.
"Hola", dijo mientras se sentaba. Ambos chicos sonrieron al verla; no podían evitarlo, era su hermana menor. "Qué gusto que por fin podamos comer algo juntos", añadió, dejando sus pertenencias a un lado.
"Dímelo a mí, hace semanas que no tienes tiempo para nosotros", se quejó Atsumu. "Aunque te ves muy bien, hermanita. El trabajo te hace bien", añadió, tomando la mano de Yoko que estaba sobre la mesa.
"Puedes engañar a Atsumu, pero no a mí. ¿Qué pasa?", preguntó Osamu, el más maduro de los tres.
"Bueno...", Yoko rió nerviosa, pero Atsumu la interrumpió.
"Ya te dijimos que no te vamos a preguntar nada sobre Rintarou. Además, lo suyo terminó hace un mes", dijo confundido por lo último.
"No, no", dijo ella moviendo las manos. "Lo que les tengo que decir no tiene nada que ver con Rintarou. De hecho, es todo lo contrario", murmuró lo último.
"Habla", pidió Osamu, observándola con seriedad.
"Recuerdan que cuando terminé con Rintarou, fui a un bar", tartamudeaba cada palabra, sabiendo que sus hermanos la matarían.
"Claro que lo recordamos, no te despertaste hasta la noche del día siguiente", Atsumu rió, recordando la escena.
"Bien, no les fui del todo sincera", los miró nerviosa. "Yo no estuve sola en ese bar."
"Eso era obvio, tus amigas no te dejarían ir sola a un bar", Osamu la interrumpió.
"Estuve con un chico", ambos chicos quedaron boquiabiertos. "Yo les prometo que no sé cuántas copas tomé con él."
Al principio, Atsumu bromeó al respecto, porque su pequeña hermana era totalmente aburrida a su vista, pero Osamu le dirigió una mirada de negación. "Continúa", pidió Osamu.
"Me acosté con él", dijo finalmente Yoko, sintiendo un nudo en el estómago.
"Qué asco", gritó Atsumu. "¿Cómo nos puedes contar eso? Además, Rintarou sigue siendo mi amigo", dijo con una expresión de desagrado.
"Yo no les contaría si no fuera serio", dijo ella, visiblemente enojada.
"Aparte de acostarte con él, ¿qué es más importante que debemos saber?", pidió Osamu, intentando mantener la calma.
"Mi periodo no ha llegado", dijo asustada.
Ambos chicos se miraron al mismo tiempo. Atsumu estaba sorprendido y hasta un poco enojado; tal vez tenía una vista más del lado del exnovio de su hermana. Pero Osamu estaba preocupado.
