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Yoko entreabrió los ojos de manera abrupta, sorprendida por el comentario, mientras Akaashi soltaba una risa burlesca, quitándose los lentes con una calma que a ella le resultaba desconcertante

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Yoko entreabrió los ojos de manera abrupta, sorprendida por el comentario, mientras Akaashi soltaba una risa burlesca, quitándose los lentes con una calma que a ella le resultaba desconcertante. Sus ojos, sin el marco que lo hacía parecer más serio, la miraban con una mezcla de diversión y curiosidad.

"No te voy a mentir, me sentí bastante extraño," dijo Akaashi, cruzando los brazos mientras se apoyaba contra el respaldo de la silla. Sus palabras parecían casuales, pero su mirada seguía fija en ella, observando cada reacción. "Pero no te preocupes," continuó con una ligera sonrisa, "no soy rencoroso."

Yoko lo miró con desconfianza, su mente trabajando rápido. ¿Qué tan en serio hablaba? Akaashi siempre había sido difícil de leer, y ahora, con la situación entre ambos aún más confusa, no sabía exactamente qué esperar de él. Sus ojos recorrieron su figura, buscando alguna señal de que esto no iba a ser más incómodo de lo que ya lo era.

"Este asunto... no deberíamos hablarlo en el trabajo," murmuró, mirando a su alrededor como si temiera que alguien más pudiera oír. Era lo último que necesitaba que alguien descubriera lo que había pasado entre ellos.

Akaashi se dirigió tranquilamente hacia un estante lleno de libros, tomándose su tiempo antes de responder. "Yo también preferiría ignorar el tema," dijo mientras deslizaba un dedo por el lomo de uno de los libros, su tono deliberadamente relajado. "Pero tu cara... no disimula lo que estás pensando."

Yoko sintió que el calor subía por su cuello otra vez. ¿Tan obvia era? "No es eso," replicó rápidamente, intentando recuperar algo de control sobre la situación. "Solo... no esperaba verte aquí, y menos así."

"Así cómo, ¿exactamente?" preguntó Akaashi, girando sobre sus talones para mirarla de nuevo, esta vez sin ocultar su curiosidad. La luz del cuarto suavizaba su expresión, pero sus ojos aún tenían ese destello agudo.

Yoko titubeó, buscando las palabras correctas. "Tan... casual."

Akaashi sonrió con una calma que la desconcertó aún más. "¿Qué esperabas? ¿Que lo mencionara delante de todos? Soy más discreto que eso." Hizo una pausa, mirándola detenidamente antes de agregar con un tono más bajo, "Además, pensé que tal vez tú también querias evitar el tema."

Yoko no pudo evitar sentir un pequeño alivio al escuchar esas palabras. Aunque la situación seguía siendo incómoda, al menos Akaashi no parecía tener la intención de hacer las cosas más difíciles de lo que ya eran.

"Tienes razón," murmuró finalmente, cruzando los brazos de manera protectora, como si con ese gesto pudiera cubrir la vulnerabilidad que sentía. "No me gusta mezclar... lo personal con lo laboral."

Akaashi asintió, comprendiendo. "Entonces estamos de acuerdo en eso." Después de un momento de silencio, añadió, "Preferiria que tengamos unos limites claro, ya sabes."

Yoko frunció el ceño, "Claro, ya me imagino," mintió descaradamente.

Akaashi volvió a ponerse los lentes, como si esa pequeña interacción fuera suficiente para él. "Si tú lo dices," replicó, regresando a su asiento justo cuando la puerta se abrió y Hanako y Azumi regresaron con los cafés.

That day... ! | 𝘈𝘬𝘢𝘢𝘴𝘩𝘪 𝘬𝘦𝘪𝘫𝘪 ‹𝟹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora