Capítulo 36

29 4 1
                                    

Natasha se sentía profundamente nerviosa al ver a la mujer sentada frente a ellas en aquel sillón, con una mirada tan llena de odio que sus pupilas podrían haber sido serpientes. Wanda la rodeaba con sus brazos y sujetaba sus manos, Natasha sabiendo que solo buscaba tranquilizarla un poco ante la amenaza silenciosa de su madre, pero no lo lograba.

Se sentía completamente nerviosa, más que cuándo había confesado abiertamente su orientación sexual.

Magda: Bien -Comenzó cruzándose de brazos, su esposo sentándose a su lado, sonriendo amistosamente a la pareja ya conocida, intentando darle a Natasha un poco de confianza-. Creo que es tiempo de que comiencen a hablar.

Natasha asintió nerviosamente, sujetando fuertemente la mano de su novia, como si de ella dependiera su vida.

Magda: ¿Hace cuánto tiempo se conocen?

Sorpresivamente, la chica de la ventana fue la primera en responder. No es que Natasha dudara de ella, pero conocía bien a su novia y había pensado que tal vez estaría en shock.

"Deberías estar acostumbrada al hecho de que Wanda te sorprenda"

Wanda: Nos conocemos desde hace algunos meses, mamá. Un día yo estaba mirando a través de la ventana y Tasha también lo hizo y... comenzamos a hablar.

Magda: ¡¿La ventana?! ¡¿Te enamoraste de una chica que conociste por una ventana?! ¡Pudo haber sido una asesina en serie con pánico a las vacas, Wanda!.

Natasha solo vio a su novia encogerse en hombros despreocupadamente.

Cuándo un tenso silencio se apodero de la habitación, la chica de ojos color chocolate supo que era tiempo de hablar.

Natasha: Señora Maximoff -Susurro, aclarando su garganta— yo amo a Wanda y...

Magda: ¡¿Amor?! ¡No llames amor a esta estúpida confusión de adolescentes!

Derek: Magda, por favor tranquilízate -Pidió a su esposa, acariciando sus brazos.

Wanda: Yo no estoy confundida, mamá...

Magda: ¡Claro que lo estas! ¡Esa banda llena de lesbianas que escuchas te lavo el cerebro!

Wanda: ¡Nadie me lavo el cerebro, mamá! -Exclamo enojada, comenzando a chasquear sus dedos. Natasha acaricio sus brazos lentamente, haciendo que el sonido se detuviera. No quería que Wanda tuviera un ataque en esos momentos, y sabía que, sin razón, sus caricias siempre lograban relajarla.

Natasha: Respira, Wanda-Susurro dulcemente, mirando su perfil mientras volvía a unir sus manos y acariciaba sus pequeños y adorables dedos.

Magda: ¡No le digas a mi hija que hacer!

Derek: ¡Está impidiendo un ataque, Magda! ¡Déjala en paz!¡Tu no lograrías hacer lo que Natasha está haciendo a menos que tuvieses sedantes a mano!

Magda: ¡No quiero que esta estúpida lesbiana toque a mi hija!

Wanda: ¡BASTA! -Grito, y con un rápido movimiento se deshizo de los brazos de su novia, de inmediato enfrentándose a su madre completamente enfadada. Natasha solo había visto esa furia en sus ojos cuándo había golpeado a Tony horas antes— ¡DEJA DE LLAMARLA ASÍ!

Magda: ¿Por qué ella, Wanda? -Pregunto. Parecía dolida. Su hija, mientras tanto, seguía mirándola con furia, Natasha acercándose de inmediato y acariciando los brazos de la chica de ojos avellana, intentando calmarla— ¿Por qué no Steve o algún chico...?

Wanda: ¡STEVE INTENTO VIOLARME! -Grito.

Magda: ¡Pero no lo hizo! ¡Estoy segura de que está arrepentido! ¡No fue para tanto, Wanda!

La chica de la ventana (WandaNat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora