ZERO

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|Fᴀᴋᴇ Sᴍɪʟᴇ|

Londres, Inglaterra.

06:35 p.m.

LOS PRIMEROS RAYOS DE SOL estaban comenzando a teñir de color dorado el manto celestial sobre la adoquinada cuidad de Londres al mismo tiempo que los edificios se pintaban del brillo del gran astro. Un nuevo día había comenzando y las personas comenzaban a recibirlo; negocios abriendo sus puertas, autos en movimiento, personas caminando en las enormes calles mientras una hermosa y refrescante brisa soplaba llevando consigo algunas hojas. Palomas volando y deteniéndose en los cables y estatuas le daban la bienvenida a un nuevo amanecer.

Despertar en Londres era un sueño hecho realidad.

En una de las muchas residencias, la hermosa y potente voz de Céline Dion sonaba en una de las habitaciones, donde un joven de alrededor de 17 años se miraba en un espejo de cuerpo mientras terminaba de ajustar su corbata azul oscuro y cantaba aquella canción de una de las mejores voces de todos los tiempos.

Let the rain come down and wash away my tears
Let it fill my soul and drown my fears
Let it shatter the walls for a new Sun
A new day has come.

Su canto se vio iterrumpido por en sonido del tocar de la puerta.

—Joven Jonathan, sus padres solicitan su presencia en el comedor para el desayuno.

—Ya estoy listo Denisse, bajo en seguida. —Respondió John alejándose del espejo y tomado su mochila para abrir la puerta de su cuarto y cerrarla.

Bajó las escaleras de caracol hasta llegar al comedor donde toda su familia se encontraba desayunado. Su padre, madre y hermanos mayores.

—Good morning mom, dad, siblings.

—Good morning sweetie. —Serenity Wipplesnit se acercó a su hijo y depositó un beso en su frente.

—How did you sleep? —Preguntó un hombre de ojos azules, piel bronceada y un elegante peinado.

—¡Excelent! —Respondió Jonathan con una sonrisa.

—Su portafolio señor Wilfred. —Dijo una de las mucamas de la casa.

—Gracias Kate. —Agradeció el padre de familia—. ¿Cuándo dices que es tu partido, Demian?

—El jueves papá. —Respondió un muchacho de 22 años, cabellos rubio-castaño y risos.

—Perfecto, voy a ponerlo en mi agenda para no olvidarlo.

John miró a su padre y regresó la vista a su plato con un desanimo evidente, su hermana mayor, Jessalyn se dio cuenta de sus facciones y decidió preguntarle algo que ella sabía le levantaba los ánimos a su hermanito.

—Dime John, ¿Cómo van en su coro? Sé que se presentarán en el festival de fin de curso.

—Todo bien... —Se limitó a contestar el más joven de la familia jugando con sus huevos estrellados.

—¿Sigues en ese coro? Creí que ya lo habíamos discutido Jonathan. —Habló el hombre con seriedad.

—Papá, el coro es lo más importante para mi. —Afirmó John con la voz controlada, sin embargo estaba ejerciendo presión y fuerza en sus puños bajo el mantel.

—¿Sabes? Si estudiaras como cantas tus notas serían perfectas. —Wilfred tomó un sorbo de café revisando e periódico.

—¿Perfectas? —Interrogó evidentemente ofendido el chico—. Papá, tengo 9.8 en la escuela.

𝗟𝗼𝗻𝗱𝗼𝘆 𝗕𝗼𝘆 | 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚𝐧 𝐒𝐦𝐲𝐭𝐡𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora