𝗟𝗼𝗻𝗱𝗼𝘆 𝗕𝗼𝘆 | 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚𝐧 𝐒𝐦𝐲𝐭𝐡𝐞

TWO

|Sᴏ Lᴏɴɢ Lᴏɴᴅᴏɴ, Hᴇʟʟᴏ Lɪᴍᴀ|

ODIABA QUE LO DESPERTARAN TEMPRANO y sin razón aparente, pero esta vez fue diferente ya que su propio cuerpo reaccionó, desde hace ya casi 1 hora que estaba despierto. Era sábado, el sol poco podía apreciarse debido a la densidad de las nubes grisáceas que decoraban el cielo por lo que la luz dorada no estaba esparcida por su cuarto y dio gracias por aquello ya que en serio no quería levantarse. Los recuerdos de la noche anterior regresaron a su mente como una película en cámara rápida, la presentación, su familia faltando a esta, las lágrimas que derramó al final de su acto; todo estaba fresco en su cabeza y como no, si ni siquiera habían pasado 12 horas de aquello.

No quería levantarse de la cama, al contrario, quería volverse uno con ella, pero habían muchas cosas que lo obligaban a salir de las mantas de seda. La primordial era tomar un baño y quitarse su uniforme que ya estaba hecho un completo desastre, lo segundo era por que dentro de unas 2 horas tendría entrenamiento de equitación e iría a ver como seguía el caballo con el que usualmente entrena, y la tercera y última razón era la necesidad de querer desconectar su mente bajo la regadera y dejar que el agua se llevara algo de todo el peso emocional con el que estaba lidiando.

Mejor que sean 4. Su estómago estaba gruñendo, claramente pidiendo ser atendido con algo de comer.

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Bajó las escaleras ya más relajado (ese baño en serio le cayó de maravilla), esperaba encontrar a alguna de las mucamas o la servidumbre y pedir algo para desayunar, pero nada; la casa estaba curiosamente en silencio y aquello le resultaba inquietante. Ante aquella ausencia su ceño se frunció levemente, el ajetreo mañanero que siempre estaba presente era inexistente en este momento ya que ni Denisse, Kate, Anne o alguien del trabajo estaba a la vista, ni siquiera su familia, pero tampoco es como que quisiera verla. 

—¿Denisse? —Preguntó con algo de volumen esperando una respuesta—. ¿Kate? ¿Joseph?

Nadie respondía, era como si todo el mundo hubiera decidido ignorarlo o algo así y eso solo lo desconcertó todavía más, ¿Qué demonios le estaba pasando a todo el mundo? ¿Por qué de repente pareciera que no existe? ¿Era una ley del hielo o algo así? 

—Bien, no los necesito. —Caminó en dirección al refrigerador y comenzó a sacar los ingredientes para prepararse algo que pudiera llenar el vacío de su estómago.

Sacó huevos, mantequilla, leche, la harina la tomó de una de las gavetas y se puso manos a la obra. 

Cocinar era algo que el chico adoraba, la cocina era un talento nato en él y ahora estaba de pie frente a la estufa eléctrica con una sartén en manos mientras esperaba pacientemente que los primeros hot cakes salieran y pudiera llevárselos a  la boca y apaciguar la inmensa hambre que estaba sintiendo.

Tan pronto como estuvieron listos se fue directo al sillón de la enorme sala de estar y antes de poder dar una probada a su desayuno decidió tomar el control de la televisión y poner algo a modo de poder distraer su mente de todo lo que había estado pasando durante toda la semana, mientras buscaba en los canales se topó con el noticiero, en otras circunstancias habría cambiado de canal de no ser por que el logotipo de la empresa de su familia estaba en la nota. Pero la verdadera sorpresa estaba a punto de golpearlo directo en el estómago.

—"El mundo de los negocios está en un completo caos. Wipplesnit Enterprise, una de las grandes compañías europeas en el mercado de bienes raíces, se encuentra enfrentando problemas legales y acusasiones por fraude en sus negocios. —Decía la reportera desde afuera del enorme edificio que era de su padre—. Fuentes cercanas informan que la familia enfrenta graves problemas financieros, lo que ha llevado a la inevitable pérdida de gran parte de sus activos."