Capítulo X

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—¿A qué te dedicas? Cuéntame sobre ti.

Los ojos de Fina seguían posados en Marta, que ya se había enfrascado en su charla con la actriz que había entre ella y Andrés. Sentada en un taburete sin respaldo, la mujer mantenía la espalda erguida y semblante serio, sonriendo educadamente de tanto en tanto antes de tomar un sorbo de su copa de vino tinto. Fina no la conocía lo suficiente como para poder hacer tal suposición, pero podría decir exactamente en qué momento la mujer parecía cambiar totalmente de personalidad, pasando de ser la Marta cercana y corriente que estaba conociendo a la productora altiva y seria que dominaba en el resto de ámbitos de su vida. A veces, incluso daba la sensación de que Marta iba en piloto automático por la vida, siguiendo un guión preestablecido del cual nunca se desviaba. Y esos cambios solo aumentaban el misterio que la rodeaba, y con él, el interés que tenía Fina en descifrarla. Fina desvió su mirada, clavándola en Anna.

—Pues la verdad que nada especial, no soy del mundo del cine ni nada. —explicó. Odiaba tener que decirle a la gente a qué se dedicaba, sabiendo que la juzgarían por tener ese trabajo a su edad. Pero se había prometido a sí misma que nunca dejaría que la vergüenza se apoderase de ella. Hacía lo que tenía que hacer para seguir adelante, para labrarse un futuro. No dejaría que nadie la juzgase.— Trabajo de dependienta en Primark de Gran Vía.

—Anda. —Anna sonrió de manera cortés, evidentemente poco entusiasmada ante las pocas posibilidades de conversación que abría tan mundano empleo.— Me encantaría poder decirte que me suenas de haber comprado por allí, pero la verdad es que suelo evitar el centro. Es muy agobiante, siempre está lleno de gente.

—Ya, es un horror.

—¿Pero no trabajarás allí toda la vida, no? —Las palabras de Anna fueron tan directas como punzantes, algo que se reflejó en la cara de Fina. La actriz se dió cuenta de la mueca incómoda de la dependienta, reformulando su pregunta inmediatamente. Fina tenía que admitir que, al menos, Anna parecía sentir evidente vergüenza ante el comentario.— Uff, eso ha sonado fatal, perdona. Quería decir que imagino que es un trabajo para ir tirando mientras estudias o buscas trabajo de lo tuyo, ¿no?

—Pues sí, justo eso. —Fina había desviado la mirada hacia Marta otra vez, sorprendiéndola mientras ésta la miraba por el rabillo del ojo. Marta desvió la mirada rápidamente, volviendo a centrarse en la conversación que mantenía con María y Andrés, mientras Fina sonreía para sí misma y volvía a centrarse en su propia conversación.— Estudié un par de ciclos de moda y confección, y ahora estoy ahorrando mientras intento conseguir una beca para una academia de moda, aquí en Madrid.

—Por casualidad no será la UDIT, ¿no?

A Fina le brillaron los ojos ante la mención de la universidad, respondiendo la pregunta en silencio pero con una gran sonrisa en la cara. Su opinión preconcebida sobre Anna acababa de dar un giro de ciento ochenta grados, como si subconsciente acabase de volver a recordar que estaba hablando con la misma persona cuyas fotografías habían cubierto su carpeta durante el instituto. Fina sintió un suave hormigueo en el estómago, la sonrisa de Anna haciéndola sentir igual que cuando tenía trece años.

—¡Sí! ¿La conoces?

—Resulta que tengo un par de amigos que estudiaron allí... Que bueno, ellos estudiaron diseño audiovisual, nada de moda. Aunque ahora que lo pienso, me suena que Nereida estudió allí... —Anna hizo una pausa pensativa, que Fina aprovechó para tomar un trago de su cerveza.— luego le preguntamos. He oído que es bastante difícil entrar.

—Sí, hay pocas plazas.

—A lo mejor Nereida conoce a alguien que te pueda echar un cable con la admisión. Aunque si es como con audiovisuales, si tienes un buen portfolio seguro que no tendrás problema.

Y entonces, tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora