—La verdad que no fue la mejor idea cogernos tremendo pedal un jueves por la noche, cuando el viernes yo tenía que venir a terapia y luego al trabajo directa, no.
—Pero ese mismo viernes me dijiste en nuestra sesión que lo pasaste bien, y eso es lo más importante.
—Sí, claro. —Fina asintió, acomodándose en la butaca de color azul y cruzando las piernas. Llevaban un largo rato de sesión, la terapeuta mirándola con interés a medida que la joven seguía hablando.— Más allá del mal trago, me lo pasé genial, la verdad. Fue espontáneo, fue divertido, fue... Fue como una cita, pero sin serlo, ¿sabes? Estuvimos hablando de todo, y de nada a la vez. Me contó lo de su hermano, y supongo que eso me ayudó a saber por qué ella tampoco es tan echada para adelante como finge que es cuando está con otra gente, pero es que me contó muchas cosas más. Le gusta el rock de los setenta pese a haber nacido casi en los noventa, y se ha recorrido medio mundo ella sola. Y pues-
—Fina, Fina. —la interrumpió la mujer.— Me sabe mal interrumpirte, pero deberíamos hablar de ti y no de Marta.
—Bueno, tampoco he hablado tanto de ella... ¿no?
—No, pero me da la sensación que estás centrándote en hablar de Marta para evitar algún tema que no quieres tocar. Y creo que se trata de algo que pasó el jueves, y que te incomoda muchísimo solo pensar en ello.
La joven desvió la mirada, evidentemente incómoda.
Desde el momento en que habían llegado al bar se había sentido como una niña pequeña que descubre un mundo nuevo, entrando en uno de los pocos espacios que Marta parecía considerar seguros para ella. Pensó en la manera en la que se había olvidado del mundo al cruzar por la puerta del Rincón de Chavela, la manera en la que durante las pocas horas que habían estado allí solo habían importado ellas dos. Pensó en cómo la conversación fluía sin problema, en cómo la mujer había sido clara tanto con sus intenciones como con sus circunstancias, en cómo había dejado que Fina estuviera ahí para ella cuando lo había necesitado. Pensó en cómo la había cuidado Marta, ya no solo esa noche desde el momento en que la había visto pasar por su lado en el callejón hasta el día siguiente, sino en todas y cada una de las veces que había dado la cara por ella o la había esperado.
Pensó en lo cómoda que había estado en un ambiente tan doméstico como el de la mañana después, sentada en un taburete de la isla de cocina charlando con la mujer mientras esta le preparaba tortitas. Pensó en cómo se les había ido el tiempo entre bocado y bocado mientras hablaban de sus planes del día, y cómo Fina le explicaba que tenía sesión con la psicóloga un rato más tarde y después tenía que ir directa al trabajo. Pensó en cómo había tenido que cambiarse corriendo en cuanto había visto la hora, aún con un trozo de tortita en la boca a medida que subía las escaleras, recogía sus pertenencias y se ponía el primer par de pantalones que encontró en el cajón. Pensó en el rápido beso en la mejilla que le había dado a Marta en su frenética despedida, mascullando un pequeño "gracias por el desayuno" antes de salir por la puerta sin darse cuenta que aún llevaba puesta la vieja camiseta de la mujer.
Pensó en todo aquello, y se dió cuenta que no podía negar la teoría de la terapeuta, pues entre todos los detalles en que pensaba había uno que confirmaba que esta tenía razón.
—No quiero hablar de ello.
—Lo sé. Pero no me parece ético dejar que pierdas el dinero hablando de Marta durante toda la sesión, en vez de atacar el problema. —La mujer se acomodó en su propia butaca, mirando a la chica por encima de sus gafas.— Fina, normalmente no diría nada y te dejaría explayarte, pero en el tiempo que llevamos trabajando juntas he visto que contigo es necesario no andarme con rodeos e ir al grano, sin sutilezas, porque así te recuerdo cuál es el objetivo de estas sesiones. Así que, ¿qué te parece si te cuento mi teoría?
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Y entonces, tú.
FanfictionMayo de 2024. Fina Valero acompaña a su mejor amiga, Carmen, a una audición en Dronning Productions, pues la andaluza aspira con ser actriz. Una vez en la sede de la productora, un grave incidente acercará a Fina a la hija mediana del dueño, Marta d...