Fernando llevaba una vida aparentemente normal, trabajando en una tienda de implementos deportivos. Sin embargo, cuando las luces de la tienda se apagaban y las puertas se cerraban, emergía Amber, una identidad secreta que le brindaba una profunda sensación de liberación. Fernando vivía con su hermana, quien tenía un closet de ensueño y un gran gusto por la moda. Desde pequeño, le gustaba vestirse en secreto con la ropa de su mamá y su hermana. En la adolescencia, empezó a fantasear con salir como mujer y ser admirada por los hombres, y este fetiche se fue haciendo más fuerte con el tiempo.Cada vez que estaba solo en casa, se vestía completamente y se convertía en Amber, usando con cuidado la ropa de su hermana. Completaba el atuendo con algunas pelucas y prendas íntimas que había comprado con el tiempo. Los hobbies favoritos de Amber eran salir a pasear cerca de casa, tomarse fotos y chatear con hombres extraños. Tenía una cuenta de Instagram como Amber en la que subía fotos suyas; en la descripción tenía "Travesti de Closet" y había comenzado a tener una gran cantidad de admiradores con intereses por las travestis. Siempre recibía mensajes obscenos de todo tipo de hombres. A veces les seguía el juego por chat, pero no más allá.
Una noche, Amber estaba completamente vestida y maquillada, buscando chatear con algunos hombres para sentirse deseada. Mientras navegaba por la plataforma, le llegó una solicitud de amistad de un hombre que llamó mucho su atención. Su nombre era Manuel. Intrigada, Amber revisó su perfil. La foto de Manuel no parecía real; era increíblemente atractivo y muy diferente a los demás que le habían escrito. Su perfil reflejaba a un hombre interesante y exitoso, algo que despertó una curiosidad insaciable en Amber. No pudo resistir la tentación de descubrir si el perfil era auténtico. Con un toque de audacia y deseo, decidió enviarle un mensaje, con la intención de fantasear un rato con el hombre de la foto.
Amber: —Hola :)
Manuel: —Hola linda, ¿cómo estás?
Amber: —Bien :) ¿Y tú?
Manuel: —Algo aburrido, hasta que encontré tu perfil. Eres hermosa.
Amber: —Gracias :) es muy dulce de tu parte.
Así comenzó una conversación que se prolongó durante horas. Manuel era fascinante. Su seguridad y carisma se percibían incluso a través de la pantalla, sintiendo una conexión con este hombre que parecía entenderla de una manera que pocos lo habían hecho.
Las noches pasaron, y cada conversación con Manuel se volvía más íntima. Manuel la hacía sentir valorada y deseada.
Finalmente, una noche de chat Manuel propuso algo que hizo que el corazón de Amber latiera con fuerza.
—Linda, ¿qué te parece si hacemos una videollamada para conocernos mejor?
Amber dudó por un momento. La idea de mostrarse en video la llenaba de inseguridades. ¿Y si Manuel no era quién decía ser? ¿Y si su atracción se desvanecía al verse cara a cara? Pero la confianza que había desarrollado en Manuel le dio el valor necesario.
—De acuerdo. Hagámoslo.
El día de la videollamada, Amber estaba un manojo de nervios. ¿Sería Manuel realmente el hombre atractivo y seguro que había visto en las fotos? ¿O todo esto sería una decepción? Para ella, la posibilidad de que Manuel fuera real y le correspondiera era tan excitante como aterradora.
Amber pasó horas preparándose. Eligió con cuidado un jersey beige sin mangas y una minifalda del mismo color, queriendo verse a la vez sexy y elegante. Se maquilló con precisión, asegurándose de que cada detalle estuviera perfecto. Se puso la peluca que le hacía sentir más femenina, con suaves ondas que enmarcaban su rostro. Cuando se miró en el espejo, Amber sonrió, satisfecha con el resultado, aunque una parte de ella seguía preocupada por no ser lo suficientemente hermosa para Manuel.
La hora de la llamada llegó y, con el corazón en la garganta, Amber aceptó la videollamada. La pantalla tardó unos segundos en mostrar la imagen, segundos que se sintieron eternos. Finalmente, la imagen de Manuel apareció en la pantalla. Amber sintió una ola de emoción. Manuel era incluso más atractivo de lo que había imaginado, con una mirada intensa y una sonrisa que derretía cualquier duda.
—Hola, Amber —dijo Manuel, su voz profunda resonando a través de los altavoces—. Si que eres hermosa.
Amber sonrió, sintiendo un calor en sus mejillas.
—Gracias, Manuel. Tú también eres muy lindo.
La conversación fluyó con naturalidad, y pasaron un par de horas conversando amenamente. Al final de la llamada, Manuel hizo una propuesta que hizo que el corazón de Amber latiera aún con más fuerza.
—Quiero verte en persona, linda.
Amber sintió una mezcla de temor y emoción. Sabía que conocer a Manuel en persona sería un gran paso, en la exploración de su fetiche.
La llamada terminó, pero la promesa de un encuentro real quedó en el aire, llenando a Amber de emoción y dudas. Sabía que este podría ser el comienzo de algo increíble. Los días siguientes estuvieron llenos de tensión mientras Amber se preparaba mentalmente para el encuentro con Manuel, preguntándose cómo sería verlo en persona y cómo se sentiría estar a su lado.
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La Sumisión de Amber
Short StoryLa historia sigue a Fernando, un hombre de 30 años que lleva una vida secreta como Amber, una travesti en el clóset. Fernando conoce a Manuel, un empresario dominante, y comienza una intensa relación de sumisión. Manuel le ofrece a Amber vivir en un...