Los días siguientes al apasionado encuentro en el coche, Manuel no dejó de cortejar a Amber. Manteniendo viva la chispa y aumentando el deseo entre ellos.
Flores y Chocolates
El lunes por la mañana, un ramo de rosas rojas y una caja de chocolates finos fueron entregados en la puerta de Amber. Desafortunadamente, fue su hermana quien recibió el paquete.
—Fernando, hay un paquete para ti —dijo Andrea, sosteniendo las flores y los chocolates con una ceja levantada—. ¿Y esto?
Fernando pensó rápido.
—Oh, una amiga del trabajo le dio mi dirección a un tipo que está tratando de impresionarla. Ella no quiso aceptarlos, así que me pidió que los recibiera por ella.
Su hermana pareció aceptar la explicación con cierta incredulidad, pero no hizo más preguntas. En privado, Amber abrió la tarjeta que acompañaba el regalo. La nota estaba escrita con la caligrafía elegante de Manuel y perfumada con su fragancia distintiva:
"Querida Amber,
Las flores que te envío no son meras decoraciones; son un símbolo de la belleza y la gracia que veo en ti. Cada pétalo delicado, cada color vibrante, me recuerda la maravillosa esencia que emanas.
Con cariño y admiración, Manuel"
Amber sintió una oleada de emoción mientras leía la carta, disfrutando de cada bocado de los chocolates mientras pensaba en Manuel.
Vestido Rojo y Panties Rosa
El miércoles, otro paquete llegó a la puerta. Esta vez, Fernando se aseguró de recibirlo personalmente. Dentro de la caja, encontró un elegante vestido rojo de encaje y un par de panties rosa. Junto a las prendas, una carta perfumada nuevamente, esta vez con una nota más íntima:
"Querida Amber,
He elegido este vestido y estas panties especialmente para ti, con la esperanza de que cuando te los pongas, sientas mi presencia cercana, admirándote y deseándote.
Con anhelo y devoción, Manuel"
Amber se probó el vestido y las panties en privado, admirándose en el espejo. Sentía la tela suave contra su piel y la anticipación de mostrárselo a Manuel crecía en su interior.
Tercer Regalo: Gargantilla y Vibrador Anal
El viernes por la tarde, un último paquete llegó. Dentro, una delicada gargantilla y un vibrador anal de diseño elegante. La carta que acompañaba este regalo era más provocativa, llena de fantasía y promesas:
"Querida Amber,
Este regalo es un símbolo de mi deseo de verte adornada y complacida. La gargantilla es más que un simple accesorio; es una marca de nuestra conexión y mi admiración por ti. El vibrador es una invitación a explorar nuevas dimensiones de placer y descubrir juntos los límites de nuestra pasión.
Imagina que estamos en un castillo antiguo, lleno de misterio y encanto. Te llevo a una habitación secreta, iluminada solo por la luz suave de las velas. En el centro de la habitación hay una cama grande y lujosa, cubierta con sábanas de seda. Te pido que te sientes en el borde de la cama y lentamente coloco la gargantilla alrededor de tu cuello. El toque frío del metal contra tu piel caliente envía un escalofrío de anticipación por tu columna vertebral.
Te beso suavemente, mis labios recorriendo tu cuello adornado con la gargantilla. Luego, saco el vibrador y te lo muestro, explicando cómo quiero llevarte a nuevas alturas de placer. Con ternura y cuidado, comenzamos a explorar juntos, descubriendo cada reacción, cada gemido, cada suspiro.
Este es solo el comienzo de nuestras aventuras juntos, Amber. Quiero que cada vez que uses esta gargantilla y este vibrador, recuerdes esta fantasía y sientas el deseo y la pasión que compartimos.
Con pasión y ternura, Manuel"
Amber se sintió abrumada por la mezcla de romanticismo y sensualidad en los regalos de Manuel. Cada uno de ellos no solo era un símbolo de su deseo, sino también una muestra de su control y dominio.
ESTÁS LEYENDO
La Sumisión de Amber
Short StoryLa historia sigue a Fernando, un hombre de 30 años que lleva una vida secreta como Amber, una travesti en el clóset. Fernando conoce a Manuel, un empresario dominante, y comienza una intensa relación de sumisión. Manuel le ofrece a Amber vivir en un...