Los días que siguieron a la videollamada fueron una mezcla de emoción y un manojo de nervios para Amber. Cada vez que su teléfono vibraba, sentía una oleada de mariposas en el estómago, esperando un mensaje de Manuel. Después de intercambiar números, Manuel había comenzado a cortejarla con una delicadeza y pasión que Amber nunca había experimentado. Para ella, acostumbrada a ser Fernando quien cortejaba, ser el objeto de la atención y el deseo de un hombre tan apuesto como Manuel era una avalancha de nuevas sensaciones. Sentirse deseada y seducida de esa manera era algo increíblemente liberador y excitante.Lunes por la mañana:
—Buenos días, hermosa —decía la primera nota de voz que Manuel le había enviado—. Espero que tengas un día maravilloso. No puedo dejar de pensar en nuestra videollamada.
Amber escuchó la nota varias veces, deleitándose en la voz profunda y reconfortante de Manuel. Respondió con un mensaje similar, sintiéndose más conectada con él con cada palabra compartida.
Miércoles por la tarde:
—Amber, hoy vi una flor que me recordó a ti —dijo Manuel en otra nota de voz—. Tan delicada y hermosa. Me encantaría enviártela algún día.
Amber respondió con una sonrisa en su voz, agradeciendo el gesto y compartiendo un poco sobre su día en el trabajo. Cada mensaje y nota de voz fortalecían su vínculo, haciendo que Amber se sintiera más segura y en confianza.
Viernes por la noche:
—Linda, no puedo esperar por verte en persona —escribió Manuel—. ¿Qué te parece si te paso a buscar mañana por la tarde? Podríamos dar una vuelta en mi carro y conocernos mejor.
Amber sintió una mezcla de nerviosismo y emoción. La idea de encontrarse cara a cara con Manuel la asustaba, pero también la emocionaba profundamente.
—Me encantaría, Manuel —respondió—. Nos vemos mañana :)
Sábado por la tarde:
Amber se despertó temprano, sintiéndose emocionada y nerviosa por la cita con Manuel. Sin embargo, al levantarse, se dio cuenta de que su hermana estaría en casa todo el día, lo que complicaba su plan de vestirse. Decidida a no dejar que eso arruinara su día, ideó un plan.
Esperó a que su hermana estuviera ocupada en la cocina para tomar a escondidas varias prendas del armario: un buzo delgado blanco que resaltaba sus ojos, una minifalda gris, medias de nylon negras, y algunos accesorios. Con las prendas escondidas en una mochila, salió de la casa con la excusa de tener que hacer algunas compras.
Se dirigió rápidamente a un hotel cercano. Entró discretamente y alquiló una habitación por unas horas. Al cerrar la puerta detrás de ella, dejó escapar un suspiro por la noche que le esperaba. Ahora podía transformarse en Amber sin preocupaciones.
Con cuidado, se vistió, disfrutando de cada momento. El buzo blanco se ceñía perfectamente a su figura, y la minifalda gris añadía un toque elegante. Se puso las medias de nylon y se aseguró de que no hubiera arrugas. Luego, se maquilló con esmero, destacando sus ojos con sombras y delineador, y aplicando un labial que complementaba su look. Mirándose en el espejo, Amber se sintió hermosa y segura.
Cuando estuvo lista, decidió enviar un mensaje a Manuel, pidiéndole que la recogiera en una cafetería cerca del hotel en donde estaba. Con muchos nervios, salió del hotel ante la mirada confundida del recepcionista. Se dirigió a la cafetería y se sentó en una mesa externa, intentando mantener una posición lo más femenina posible, y esperó la llegada de Manuel.
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La Sumisión de Amber
Historia CortaLa historia sigue a Fernando, un hombre de 30 años que lleva una vida secreta como Amber, una travesti en el clóset. Fernando conoce a Manuel, un empresario dominante, y comienza una intensa relación de sumisión. Manuel le ofrece a Amber vivir en un...