𝐔𝐍𝐎

595 30 2
                                    




★ ☆ ✦ ✧ ✩ ✶




𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐄𝐥𝐞𝐧𝐚


Hacía un calor sofocante en Sevilla, y yo estaba en mi habitación, rodeada de ropa y maletas abiertas. Trataba de decidir qué llevarme a Ibiza, donde me encontraría con Pablo y nuestro grupo de amigos para unas vacaciones tan esperadas. Mis padres habían bromeado sobre el caos en mi habitación, pero yo no podía evitar sentir una mezcla de emoción y nerviosismo.

De repente, mi teléfono sonó con una videollamada entrante. Era Pablo. Sonreí al ver su nombre en la pantalla y acepté la llamada.

—Hola, Enita —dijo, usando ese apodo que nunca había dejado de usar, aunque ya teníamos diecinueve años—. ¿Estás lista o todavía estás metiendo la mitad de tu armario en la maleta?

Rodé los ojos, aunque no pude evitar sonreír.

—Estoy casi lista, solo estoy decidiendo qué más llevar.

—No necesitas tantas cosas, Elena. Aquí hace calor todo el tiempo. Con un par de bikinis y unos vestidos estás lista.

— No quiero estar repitiendo ropa todo el tiempo.

Pablo hizo un gesto de desesperación exagerada.

—Siempre eres igual, hermana. Bueno, no te tardes mucho, todos estamos ansiosos por que llegues. 

 En ese momento, escuché una voz conocida de fondo.

—¿Estás hablando con Elena? —dijo Fermín, apareciendo de repente en la pantalla.

Mi corazón dio un vuelco al verlo. Fermín, con su sonrisa cálida y esos ojos que siempre me habían derretido.

—¡Hola, Fermín! —dije, tratando de sonar casual mientras intentaba ocultar el sonrojo que comenzaba a aparecer en mis mejillas.

—¡Hola, Ela! —dijo Fermín con entusiasmo, no pude evitar sonreír aun mas al escucharlo llamarme por ese apodo que solo el utilizaba—. ¿Estás lista para el viaje? No puedo esperar a verte. ¡Vamos a pasarlo genial!

—Sí, estoy casi lista —respondí, sintiendo que mi voz se volvía un poco más suave.

Pablo se echó a reír, interrumpiéndonos.

—Ya ves, Elena, Fermín también piensa que te estás tardando demasiado.

—Oye, no es eso —dijo Fermín, empujando a Pablo juguetonamente—. Solo estoy emocionado de que ya llegues.

Sonreí, sintiendo una mezcla de alegría y nerviosismo. Fermín y yo siempre habíamos sido muy buenos amigos, pero él nunca supo que llevaba años enamorada de él. Cada encuentro, cada conversación, era un recordatorio de lo que sentía pero no podía decir.

—Bueno, chicos, los veré pronto —dije finalmente—. Dejen de molestarme y vayan a disfrutar del sol mientras pueden.

—Te estamos esperando, Enita —dijo Pablo, sonriendo.

—Nos vemos pronto, Ela —agregó Fermín, con una sonrisa que me hizo sentir mariposas en el estómago.

Colgué la llamada y miré la maleta a medio hacer. Mi mente estaba en Ibiza, en el momento en que vería a Fermín de nuevo. Suspiré y seguí empacando, con la esperanza de que este viaje me diera el valor para mostrarle a Fermín lo que realmente sentía.

𝐈𝐁𝐈𝐙𝐀 || 𝐅.𝐋𝐨𝐩𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora